No es fácil pasar de escribir sobre el futuro de la Educacion Superior, para llegar a abordar el escándalo mayúsculo de la confesión del General Santoyo, otrora jefe de seguridad del expresidente  Alvaro Uribe .Pero me veo obligado a hacer esta transición porque es la mejor demostración de que hay algo profundamente dañado en las estructuras de poder del Estado en Colombia.   No suelo seguir los twitters  de nadie, y de hecho, no tengo una cuenta en ese medio social que tanto le fascina a nuestro cada vez mas controvertido ex mandatario. Sin embargo, me puse de curioso a leer las respuestas que por ese medio le enviaron a la revista Semana ante la pregunta de : "¿ Usted cree que el expresidente Uribe debe asumir alguna responsabilidad en el caso de Mauricio Santoyo?" .   Veamos la transcripción textual de algunas de las respuestas que fueron enviadas en estos días:     De toooodas las ollas podridas de su gobierno no ha asumido ninguna responsabilidad, que nos hace pensar que en esta si???   Debe asumir toda la responsabilidad en el caso de Satoyo, que no pase igual a AIS, DAS, DNE,etc   Que responda ya que el fue el líder de la comparsa.   Si debe. Aplicó presunción de inocencia cuando debió tener los máximos controles con el investigado. ¿Algún interés personal?   Toda, el debería estar rindiendo cuentas desde hace rato.   Si! . No puede sentirse ofendido y hacerse el de las gafas cuando el General Santoyo era de su primera línea.   Ya es hora de que @AlvaroUriveVel deje su cobardía y asuma las consecuencias de sus actos.   AUV no asumió la responsabilidad x Noguera, Hurtado, Moreno, Arias...No es capaz de asumir resp x caso #CasoSantoyo.   Claro que debería asumir responsabilidad por las actuaciones de sus empleados.   Claro totalmente el fue nombrado y ascendido en su gobierno como no iba a saber de las cosas que hizo   De manera abrumadora, las personas que contestaron la pregunta vía Twitter, claramente mencionan que ya es hora de que Uribe asuma la responsabilidad por las decisiones que tomó en el nombramiento de sus subalternos, en especial de quienes estuvieron muy cerca de el, en sus ocho años de gobierno.   Hay varios aspectos que quisiera resaltar de este caso que le pone otra estrella negra a la estela de escándalos que caracterizó la era de Uribe como Presidente de Colombia. El primero de ellos: la confesión del General en estrados judiciales norteamericanos. Es una vergüenza que, antes de su entrega, Santoyo hubiera declarado a los cuatro vientos su inocencia y aparentemente ninguna autoridad, comenzando por la misma Policia Nacional, no se hubieran pronunciado sobre el tema. No es una omisión menor, especialmente dados los antecedentes de Santoyo, cuando estuvo en Antioquia.   Es también una vergüenza de marca mayor, que Santoyo sea el primer General en ser extraditado para rendir cuentas por sus actos de complicidad con los paramilitares. Especialmente lo siento por la institución a la que perteneció. Y me duele aun mas, después de haber tenido la oportunidad de estar muy cerca de ella en los últimos meses y ver el gran esfuerzo que están haciendo por nuestro país.   Sin embargo, el caso es tan grave que amerita hacerse algunas preguntas duras.   ¿Porqué tuvimos que esperar a que los gringos hicieran la tarea de lavarnos los trapos sucios en sus Cortes, mientras los mecanismos judiciales colombianos brillaron por su ausencia?. ¿Cómo es posible que la labor de contra inteligencia de la Policia Nacional, que tanta eficacia ha demostrado en otras situaciones, haya fallado de manera tan lamentable en este caso?. ¿Qué pasó con el General Naranjo en este caso?.   Y ahora que Santoyo a llegado a un acuerdo con los americanos para denunciar a otros comprometidos en el caso, incluyendo seguramente a personas que hoy están en la Cúpula de la Policia y a otras seguramente muy cercanas a Uribe, la pregunta de fondo: ¿ Permitirán lo gringos, a la opinión pública de nuestro país, tener acceso  al ventilador que Santoyo va a prender en las próximas semanas?  , o como ha sucedido en el pasado con varios de los extraditables,  ¿se cubrirá su testimonio con el velo del silencio en razón a oscuros intereses nacionales entre los dos países?   Un segundo punto de reflexión sobre este caso es el comportamiento de Uribe ante los escándalos, como el de Santoyo y otros similares. Todos hacen parte del rosario de abusos del poder y casos de corrupción  que nos dejó en sus largos ocho años de Gobierno. Como lo menciona uno de los twitters, hasta ahora , Uribe se ha podido lavar las manos ante la opinión pública por los problemas de sus subalternos mas cercanos que han estado en problemas.   Y en casos como los ex directores del DAS, su conducta ha sido francamente deplorable y a todas luces cuestionable. Y sin embargo, hoy lo vemos recorriendo el país, asumiendo una postura de crítico moral de Santos. Va de un lado a otro de la geografía colombiana,  azuzando a los militares de manera irresponsable contra el Gobierno establecido. Esta labor, que los medios aceptan bajo el pretexto de la libertad de expresión,  está acompañada por un coro de acólitos que le justifican permanentemente sus desmanes.   Es evidente que el "poder" es el afrodisiaco mas grande que puede experimentar el ser humano, en especial, cuando viene acompañado de la adulación de los seguidores.  Esto da un sentido de invulnerabilidad muy grande que hace que la frontera de lo que es, o no permisible, se desdibuje con mucha facilidad. Para tristeza nuestra, el mas grande daño que ha sufrido el país es que mucha gente parece que perdió el norte en este campo.   Cuando Uribe muestra todavía cifras del 60% de favorabilidad en las encuestas, el mensaje lamentable es: para una mayoría de colombianos el fin justifica los medios. No en balde tenemos la sociedad que nos merecemos. Bajo el ropaje de la "Seguridad Democrática", se cubrieron todo tipo de hecho tremendos, sin que los mismos tocaran a Uribe como el gran responsable. Por esta razón, los casos de subalternos mas inmediatos, todos ellos comprometidos en situaciones delictuosas, no es sino un síntoma mas del grado de descomposición al que hemos llegado en nuestro país.   En Colombia parece que no existe el concepto de la responsabilidad ni personal ni política y la sociedad lo acepta como cosa natural. Por esta razón, a pesar del desastre en el manejo de la Reforma Judicial, fue muy positivamente comentado la postura del ex ministro Esguerra cuando asumió la responsabilidad por lo acontecido. Este tipo de gestos brillaron por su ausencia durante el mandato de Uribe. Los cuestionamientos a su conducta, se trataron como actos de deslealtad. El mensaje mas funesto : " los que no están conmigo están contra mi" . Y con este estribillo, el concepto de la responsabilidad desapareció de nuestro panorama nacional.    Pero haría una tercera reflexión. Parecería que hay un despertar de mucha gente ante los hechos recientes, como lo demuestran los twitters que he transcrito. Claramente, la gente no traga ya entero. No es muy creíble que una personalidad obsesiva por la micro gerencia como Uribe, que estaba al tanto de los mas mínimos detalles con su memoria de elefante, no hubiera detectado los problemas del DAS, o que hubiera hecho caso omiso de los antecedentes de Santoyo, cuando lo llevo como su jefe de seguridad a la Presidencia y después lo promovió a General. Rodearse bien es una caracterîstica clave de un buen lider. Parece que en el caso de Uribe, esta no brillo por su ausencia en personas claves muy cercanas a él y hoy estamos viendo las consecuencias.    Yo sigo pensando que el caso de Santoyo no es el último ni el mas grave que tendrá que enfrentar Uribe hacia adelante, como consecuencia de sus decisiones como Presidente de Colombia. Cuando se abusa del poder para buscar un fin, sin importar los medios ni las consecuencias, los resultados, cuando salen a la luz pública, suelen ser desastrosos para todos.   Y una reflexión final. ¿No será que todos estos hecho lamentables, muestran un problema estructural con la formación de la gente en el sistema educativo a todos los niveles en nuestro país?. Esta , como muchas otras preguntas duras, que no nos estamos haciendo en Colombia, deberían ser la partitura del liderazgo que este país urgentemente necesita. ¿ Quien las va a hacer?