Tuve también el privilegio de acompañar el acto de su creación y la celebración de su primer año de existencia y funcionamiento. No puedo estar más de acuerdo con el señor presidente de la República cuando insiste en que Colombia necesitaba este ministerio. ¡Y sí que lo necesitaba! No solo por los logros tangibles en este primer año de existencia, como la realización de la Misión de Sabios. Esta involucra la necesaria visión de articulación universidad–empresa-Estado y sociedad para la viabilidad y sostenibilidad de nuestro sistema de CTeI. También se cuentan entre las metas alcanzadas la convocatoria Mincienciatón y la construcción de la política pública de CTeI a través de diálogos abiertos e incluyentes. Además, se fortalecieron 101 laboratorios de biología molecular con recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías, en el que se vinculan más de 200 profesionales, 900 equipos especializados y restructuración de infraestructura sofisticada para la salud de los colombianos. Le puede interesar: Responsabilidad: más que una bonita intención retórica Se destacan, de otro lado, la estrategia de regionalización a través del programa Ruta Territorial; la inclusión del capítulo ‘Ciencia, Tecnología e Innovación‘ en los planes del 91% de las gobernaciones; el desarrollo de la iniciativa ‘+ Mujer + Ciencia + Equidad‘, para promover las vocaciones científicas en mujeres jóvenes de pregrado de región, así como el plan ‘Jóvenes creando para Colombia‘. Por supuesto, el avance del programa Colombia Científica es otro objetivo cumplido del primer año del Minciencias. Sobre dicha iniciativa, la propia ministra de la cartera la ha calificado como la más ambiciosa en la historia reciente de nuestro país. Colombia Científica es liderada por seis entidades del Estado, cuenta con el apoyo técnico y financiero del Banco Mundial, además del compromiso de 148 universidades nacionales e internacionales, empresas, gremios y asociaciones. Los resultados parciales del proyecto fueron presentados en la exitosa cumbre de Colombia Científica el pasado 2 de diciembre, que convocó a más de 23.000 participantes entre tomadores públicos de decisiones, rectores, académicos, científicos, empresarios y becarios, no solo de Colombia, sino del mundo entero. Le puede interesar: Ciencia, tecnología e innovación: caminar sobre hombros de gigante Como lo comentaba en mi anterior columna, en dicho encuentro, los expertos validaron los más de 900 avances y productos generados a la fecha, entre patentes, prototipos, plantas de bioprocesos, registros de diseños industriales, plataformas sensoras, constitución de empresas (spin-offs), montaje de microplantas solar-eólica, creación de laboratorios de diseño de biofármacos, entre otros. Así también, resaltaron los grandes trabajos colaborativos, no solo entre los múltiples actores de cada ecosistema científico, sino de estos con los múltiples y complejos grupos de interés que son parte de nuestro sistema de ciencia, tecnología, innovación y competitividad. Quiero hacer un reconocimiento público, humilde y merecido, a la ministra Mabel Torres, a los viceministros Sonia Monroy y Diego Hernández, y por supuesto a todos sus equipos, por su liderazgo, compromiso y entusiasmo -en medio de esta particular coyuntura- por la creación y puesta en marcha de este Ministerio que es de todos y al que todos debemos apoyar como ente rector de la política de CTeI en Colombia, para generar capacidades, promover el conocimiento científico y tecnológico, contribuir al desarrollo, así como al crecimiento del país. Lea también: Belisario Betancur: El héroe discreto En este reconocimiento quiero incluir también a todos los hombres y mujeres que dedicaron, hemos dedicado y seguiremos dedicando nuestras vidas y confianza a la construcción rigurosa, bienintencionada y comprometida de una Colombia Científica más biodiversa, productiva y sostenible, más equitativa, y mejor preparada para navegar con sus mejores potencialidades en esta exigente sociedad del conocimiento. Recuerdo lo dicho hace un tiempo en esta misma tribuna: “Isaac Newton en una carta a Robert Hooke hizo mención a sus antecesores en la ciencia, dándonos una maravillosa lección de humildad e inteligencia: ‘Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes‘”. Le puede interesar: Responsabilidad: más que una bonita intención retórica "El llamado a la unidad de la Nación pasa por grandes dosis de humildad, inteligencia y grandeza, que permitan que nuestra sociedad continúe caminando sobre hombros de gigantes”. Quiero resaltar, finalmente, la evidencia de que, en esta materia en Colombia, hemos logrado algo que no se consigue fácilmente y que no hemos logrado en otras materias de nuestra sociedad: en estos 51 años, a pesar de todas las dificultades, falencias, egos y obstáculos, hemos conseguido siempre construir sobre lo construido, valorando lo realizado por nuestros antecesores, agregándole valor con innovaciones y perfeccionamientos que hoy nos permiten hablar con orgullo de nuestro sistema y de nuestros logros. Tenemos mucho vaso medio vacío aún por llenar, pero tenemos también mucho vaso medio lleno que valorar para seguir con esta apuesta, indudablemente de largo plazo. Solo así, en medio de una necesaria transformación cultural, podremos finalmente pasar de “egosistemas” a “ecosistemas” generadores de valor para nuestra sociedad. Feliz cumpleaños, ¡Minciencias!