El campo históricamente ha sido uno de los sectores más olvidados en nuestro país. Actualmente en el habitan 9´813.123 personas, casi 10 millones, de los cuales el 44,7 % son multidimensionalmente pobres, de acuerdo con el Departamento Nacional de Estadística. Esta cifra triplica la pobreza urbana, ubicada en un 15,4 %. Con el campo tenemos una deuda eterna, más que con cualquier otro sector de la economía. De los 2´370.099 unidades productivas agrícolas el 85 % no cuentan con información al momento de cultivar, por lo que tampoco hacen una planificación de sus cultivos. El 84 % de las unidades agrícolas no tienen maquinarias para uso agrícola, y el 83,5 % de los agricultores no recibe asistencia técnica para el desarrollo de sus actividades. El 12 % de los campesinos son analfabetas. Le puede interesar: La guerra al aceite de palma Para hacer una comparación, al finalizar el 2018 se calcula han llegado a Colombia 1´174.000 venezolanos, según información otorgada por Migración Colombia. Con el fin de darles una atención digna, siguiendo recomendaciones de la Ocde y del Comité Consultivo de Regla Fiscal esta se relajó para 2019 pasando del 2,2 al 2,7 % del PIB, solo para 2019. Si bien es cierto, la situación de la mayoría de migrantes venezolanos en Colombia es precaria, nuestros campesinos pobres, casi 4,5 millones también merecen atención, siendo primordial la toma de medidas urgentes para ellos, las cuales deben ser de una magnitud similar a la que se tomó en pro de los nacionales del país vecino. La actual situación de la vía al Llano es solo una pequeña muestra del abandono del campo. La única alternativa para que las personas puedan transportarse son vías alternas que se encuentran en mal estado. La red de carreteras colombianas es de 206.727 kilómetros, de los cuales 142.284 kilómetros corresponden a la red terciaria nacional, es decir casi un 70 %, de los cuales la mayoría se encuentra en condiciones lamentables. La Organización de Naciones Unidas, para el año 2050 calcula que la población mundial alcanzará la asombrosa cifra de 9,1 mil millones de personas, lo que indica que la producción mundial de alimentos deberá incrementarse en un 70 %. ¿Cómo va a alimentarse la humanidad, cuando las condiciones del campo son tan precarias? Le sugerimos: Mermelada para Godzilla: el nuevo confite del Congreso Por todas estas razones es deber de todos, muy especialmente de la sociedad civil empoderar a nuestros campesinos. Antes de culpar al gobierno o a los corruptos, debemos mirarnos a nosotros mismos y ver cada uno de nosotros qué está haciendo por contribuir a la mejora de las condiciones del campo. El Agtech en Colombia En pleno auge de las 5G, la digitalización de la agricultura se vuelve un factor fundamental. Esto es algo de lo cual apenas está empezando a hablarse en nuestro país. La semana pasada, se llevó a cabo la reunión del Primer Comité de Expertos del Ecosistema AgTech (Agricultural Technology) en Colombia, en la cual se mostró un panorama dramático, en especial por el rezago del campo en materia digital. Puede leer: Proteger el ambiente o destruir empleos: ¿Cuál fórmula es mejor? En 2018 el sector movió cerca de 17 mil millones de dólares en todo el mundo. Colombia empieza a hacer parte de este mercado, el cual es una oportunidad de crecimiento para el sector agrícola, así como para el mundo de los negocios. Ya empiezan a observarse los primeros emprendimientos en esta materia. El coeficiente Gini es un indicador común en materia de desigualdad. De acuerdo con el Centro Nacional de Consultoría el Gini Digital es mayor en el área rural que en el resto de la geografía nacional. Esta conclusión es lógica siguiendo los patrones del sector agrícola que expuse anteriormente.
Fuente: Centro Nacional de Consultoría, 2019 En la capital del país es donde encontramos una menor desigualdad en materia digital; los municipios pequeños y el área rural son los que llevan la peor parte. El gran problema entonces radica en que el acceso de nuestros campesinos a internet es mucho menor que en el resto de Colombia. Para que la tecnología digital llegue al campo lo primero que se necesita es conectividad, la cual es reducida en lugares apartados, y en general en nuestro mundo rural. Para todo ello se requiere inversión. A esta misma conclusión llegaron expertos en el encuentro AgTech que organizó la revista Forbes en Salinas (California) hace pocos días. La solución del campo no se encuentra en los tractores, se encuentra en la digitalización de su tecnología, y en la conectividad que los campesinos tengan con el que nosotros conocemos como el mundo real.
La ubicuidad hace referencia a la permanencia de conexión de una persona a internet. En las zonas rurales, observamos de nuevo que esta es escasa, al igual que en los estratos bajos. Asimismo, observamos cómo a mayor edad menor permanencia. Hasta aquí, muestro un panorama general. El futuro del campo se encuentra en su digitalización, más allá de las vías terciarias el debate ahora debe centrarse en el internet de las cosas, en la automatización de procesos y en la necesidad urgente de educar a nuestros campesinos.