El término ‘banca en la sombra’, acuñado en 2017 por el economista Paul McCulley, puede sonar aterrador para algunos, pero es una parte esencial del sistema financiero y de los motores de crecimiento del crédito. Este engloba a las actividades financieras realizadas por intermediarios no bancarios, que están fuera de las regulaciones normales.El trabajo de estos intermediarios es facilitar la creación de crédito en los mercados globales, como lo hacen los bancos comerciales, solo que están sujetos a una regulación. Por lo tanto, pueden emplear mayores riesgos de mercado, crédito y liquidez. Los ejemplos de jugadores de esta banca incluyen a bancos de inversión, fondos de cobertura, fondos de capital privado, fondos de liquidez, compañías de seguros y prestamistas hipotecarios.Para entender su importancia actual, debemos referirnos a los servicios que brindan, los cuales son préstamos punto a punto, ‘swaps’ de incumplimiento crediticio y securitización de vehículos de deuda existentes, como valores colateralizados o respaldados por hipotecas.En China, donde se desincentiva a los bancos para que presten a ciertas industrias y se les obliga a ofrecer tasas de interés frustrantemente bajas sobre los depósitos, son estos intermediarios quienes llenan esta brecha. De hecho, aproximadamente dos tercios de todos los préstamos en el país, otorgados por ‘bancos sombra’, son ‘préstamos bancarios disfrazados’, como lo muestra el siguiente gráfico.
Visite: Corea del Norte el punto de encuentro de Trump Putin y Xi JinpingLos bancos comerciales juegan un papel dominante: no solo actúan como intermediarios entre proveedores y prestatarios de fondos, sino como administradores de activos, cobrando tarifas a los inversores sin estar sujetos a restricciones regulatorias.Estos, suministran e intermedian una amplia gama de servicios bancarios en la sombra, que abarcan productos de gestión de riqueza y fiduciarios. Así mismo, prometen mayores rendimientos que las cuentas de depósito bancarias tradicionales y, aunque no están vigilados, se consideran seguros. Además, pueden proporcionar mayores rendimientos a los ahorradores porque otorgan préstamos a tasas más altas a firmas privadas grandes y pequeñas, que de otra manera no podrían obtener crédito. En general, las empresas que obtienen estos créditos son a menudo mucho más productivas que las grandes entidades estatales chinas. Es decir, los ‘préstamos a la sombra’ permiten obtener mayores ganancias.El ciclo de contracción causa problemasEstos créditos tienen problemas porque no son de buena calidad y cuando ocurre una contracción de la economía china, se eleva la probabilidad de impago. Por lo tanto, el apalancamiento del sistema bancario en la sombra afecta a todo el sistema bancario, lo cual puede impactar en la demanda agregada global.La otra conexión, tal vez más importante, entre la economía mundial y el mercado bancario en las sombras chino, son las materias primas. Eso quiere decir que para eludir los controles de capital, los inversores se involucran en acuerdos de financiamiento de materias primas, que importan y luego usan como colateral para obtener créditos en yuan. Con este dinero invierten en productos bancarios en la sombra de alto rendimiento.Si estos productos entran en ‘default’, esto significará una mayor tasa de interés interbancaria, y un mayor costo en el mercado de crédito, lo que crearía un aumento en las ventas de metales como el cobre, zinc y el mineral de hierro, usados como colaterales para esos créditos. Este proceso empujaría hacia abajo los precios de las materias primas.En la siguiente gráfica, se evidencia cómo el cobre es una de las materias primas que muestra la correlación entre la debilidad del sistema bancario chino y el precio de los commodities.Puede interesarle: La falta de liquidez desnuda los problemas de los países emergentes
Como se puede ver, existe una fuerte correlación entre la devaluación de la moneda china, comerciada en Hong Kong (CNH), y el precio del cobre. La debilidad del cobre es un gran barómetro de crecimiento económico.Además, estas caídas no se limitan al cobre, otros metales como el zinc y el mineral de hierro han sufrido caídas importantes, lo cual arroja señales negativas sobre el crecimiento mundial y una alarma que se prende para las monedas latinoamericanas, como el precio chileno y el sol peruano.