Los eventos de los últimos días en Colombia y en el exterior, muestran que el terrorismo no está de cuarentena. La prevención y capacitación para combatir el fenómeno de financiación del terrorismo es tan importante como perseguirlo con dureza. Quienes apoyan estas causas con su soporte monetario, logístico o material no deberían quedar en la impunidad. El atípico año 2020 que ha parado el funcionamiento normal de instituciones públicas y privadas, no ha sido un impedimento para que los criminales hayan entrado en cuarentena. Tratándose de terrorismo y particularmente de su financiación no hay que bajar la guardia. El fenómeno del terrorismo internacional que cobró relevancia en los últimos 20 años desde los ataques del 11 de septiembre, ha ido migrando en algunos casos hacia estructuras reducidas, más locales y en ocasiones muy independientes. En Francia, en las últimas semanas se han presentado ataques vinculados al terrorismo islámico, los cuales comenzaron al mismo tiempo que el juicio de las personas procesadas por los ataques de Charlie Hebdo. Según diversos analistas es un mensaje de los radicales islámicos que para ellos este tema no ha terminado. Lea también: No es Avianca, es la economía Tiempo después, se presentó la escalofriante muerte del profesor Samuel Paty, quien a principios de octubre le enseñaba la importancia de la libertad de expresión a sus alumnos poniendo de ejemplo las caricaturas del profeta Mahoma. Días después, el profesor fue atacado por un fundamentalista islámico quien le cortó la cabeza. Finalmente, un ataque en la Catedral de Niza hace un par de días ha vuelto a poner en máximo estado de alerta al estado galo. Son muchas las preguntas sobre cómo los servicios de seguridad franceses han tenido por años en el radar personas radicalizadas y éstas siguen viviendo tranquilamente en Francia, así como también de quiénes vienen prestando apoyo a estas estructuras. La respuesta no daba espera y varias de estas personas de origen extranjero fueron expulsadas del país, tardíamente según algunos, y otras personas han venido siendo procesadas por delitos de apología y apoyo a actividades terroristas. La discusión ha migrado entonces a las estructuras que soportan y dan apoyo de todo tipo de personas, y las responsabilidades que les caben por los actos cometidos en los últimos días. A diferencia del lavado de activos donde se trata de ocultar el origen ilícito de los recursos, en la financiación del terrorismo se pretende ocultar la finalidad ilícita del apoyo monetario, logístico o material. Es tan responsable el que aporta dinero para la causa terrorista, como quien le proporciona los medios de transporte para ir a cometer su acto. Por su parte, en Colombia en los últimos años sufrimos el ataque por parte del ELN a la escuela de cadetes General Santander en Bogotá, la cual dejó un trágico saldo de 22 muertos. Las investigaciones de la Fiscalía y la policía llevaron a la captura de varias personas por su participación y apoyo material para este evento, las cuales fueron procesadas en algunos casos por financiación del terrorismo. Puede interesarle: No siempre el cliente tiene la razón En los últimos días, se dio un importante resultado en contra el ELN con la muerte de alias Uriel, quien tenía a su cargo algunas de las estructuras de esa guerrilla las cuales eran responsables de varios ataques a la fuerza pública a lo largo del territorio nacional y así como también en Bogotá. Para algunos, este hecho puede no ser importante pues ocurrió en el Chocó. No obstante, es fundamental conocer cómo desde ese departamento se coordinaban actividades de todo tipo para cometer actos terroristas en las ciudades, cómo circulaba el dinero para el pago de sus “becados” universitarios, quiénes más se aprovechaban económicamente de estas circunstancias y todos aquellos que de alguna manera han prestado apoyo logístico a esta causa, que sin eufemismos, debe calificarse como terrorista. Pero también es importante que las autoridades den a conocer cómo circula el dinero y se materializa el apoyo no solo para ir tras los responsables, sino también para que aquellos que en diversos sectores tienen a su cargo adelantar funciones de prevención contra la financiación del terrorismo conozcan las tipologías y vayan más allá de Google, verificación de listas restrictivas y una lista de chequeo. Lea también: Hacia el suicidio minero-energético No podemos esperar que haya que lamentar hechos como los ocurridos en Francia para preguntarnos realmente quiénes son los que apoyan este tipo de actividades y cómo prevenimos para que esto no pase.