Y lo que hacía SEMANA es lo que de alguna manera hace buena parte de los periodistas e intelectuales de izquierda en el mundo: repetir mil veces una mentira. El economista experto en Cuba, Elías Amor Bravo, afirma que "es equivocado justificar el estancamiento de Cuba con el embargo realizado por EE. UU". Insiste en que lo que “estanca a Cuba es su bloqueo interno, el modelo intervencionista en la economía que no permite prosperar a la iniciativa privada y los negocios. Cuba puede comerciar libremente con 192 países del mundo y recibir inversiones de todos ellos”. Un bloqueo económico es cuando por acciones físicas se cierra o limita, generalmente por medios militares, el comercio, los intercambios u otras actividades de un país o región dada.” Sobre este tema el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti dijo en una ocasión: “¿Dónde están los portaaviones que bloquean a Cuba? ¿Entonces cómo un gobierno bloqueado puede comerciar con tantas naciones del mundo entre ellos el mismo país que lo bloquea?” Es cierto, afirma una publicación, “que Estados Unidos prohíbe la exportación de productos cubanos a ese país y los artículos que vende el régimen debe pagarlos al contado. Eso es cierto. Sin embargo, Estados Unidos, según cifras oficiales, es el primer suministrador de productos agrícolas para Cuba, al abastecerla con el 96 por ciento del arroz y el 70 de la carne avícola que se consume en la isla. A todo eso hay que agregar la importación, a gran escala de trigo, maíz, soja y sus derivados.”

Cuba no se encuentra en el estado actual por culpa del bloqueo imperialista, como lo afirman SEMANA y otras publicaciones, sino por la mala dirección económica y política del gobierno castrista. Un informe de la Fundación Heritage sobre el índice de libertad económica refleja el drama de los cubanos durante los últimos sesenta años: “Cuba cuenta con un gobierno totalitario, una economía dirigida por el Estado, una mano de obra cautiva y pocas exportaciones para equilibrar las cuentas comerciales. Debido a la falta de inversión, la industria azucarera de Cuba ya no resulta viable: la isla se ha transformado en un importador neto”. Un reciente artículo señalaba la dura verdad: “El bloqueo cruel lo realiza el régimen que frena a los ciudadanos cubanos comerciar de manera libre entre ellos o con empresas extranjeras. Los ciudadanos de la isla fueron restringidos en lo tocante a vender, comprar, invertir o trabajar de manera libre con quien estime conveniente, solo pueden fundar empresas unipersonales, emplear obreros y tener acceso a créditos está severamente regulado, viajar de manera libre es la excepción, exportar e importar bienes no es una opción. Los ciudadanos cubanos no tienen una real movilidad social dentro de su país al depender por entero del monopolio estatal que otorga trabajo, alimentos y otros servicios básicos de acuerdo a la filiación política.”

Jorge Luis La Guardia, de 50 años y presidente de una de las cooperativas agrícolas, afirmó la semana pasada: “Como ocurrió durante la crisis económica de la década de 1990, tras la desintegración del bloque soviético, el llamado de las autoridades es a multiplicar el uso de la tracción animal. En Los Palacios hay 780 yuntas de bueyes, entre estatales y privadas, una cifra que Reynoso considera "insuficiente" para responder a ese llamado. "Hay que crecer", advierte. "El 100% de la transportación de la alimentación de los campesinos hacia la población la estamos haciendo con tracción animal, con bueyes y carretones, con arañas de caballo (volantas), con coches de caballo". En los 90 Cuba llegó a tener más de 200.000 animales para esta tarea. Hoy cuenta con 195.700, según datos oficiales. La isla ha regresado a la tracción animal, no por culpa del bloqueo, sino por culpa del socialismo impuesto por los hermanos Castro.