Durante las últimas semanas se unieron dos cambios fundamentales en las expectativas económicas globales. El primero se enfoca en los resultados positivos de las vacunas de la covid-19 que han presentado empresas como Pfizer y Moderna, lo cual cambia fundamentalmente las expectativas de la economía global, al generar un periodo cierto del fin de la pandemia y permitir a inversionistas, empresarios y gobiernos planear el futuro de sus políticas públicas, endeudamiento y soporte a los afectados por la crisis actual. El segundo es el cambio de gobierno en Estados Unidos, el cual disminuye el riesgo de inestabilidad y volatilidad en la política interna y externa de este país. Principalmente, se espera que el nuevo gobierno tenga una relación más estable con China. Sin embargo, Estados Unidos desde el segundo periodo del gobierno Obama depende más del crecimiento local, por lo cual, la expectativa de continuidad en las políticas públicas de desarrollo económico interno del país genera positivismo para los inversionistas y empresarios. Lea también: Mujeres serán el 40% en los grupos de liderazgo de Diageo en 2025 Una prueba de que el mercado de capitales y los inversionistas profesionales han superado la inestabilidad, generada por la pandemia y las elecciones en los Estados Unidos, es el volumen de actividad en fusiones y adquisiciones de la última semana que alcanzó US$40 billones, dentro de las cuales se destaca la venta del negocio en Estados Unidos del Banco BBVA por US$12 billones. Es así como la caída en el 52% del índice VIX, que describe la volatilidad en el mercado accionario del S&P 500, nos muestra que existe en el mercado un consenso sobre una tendencia en particular, en este caso, una tendencia al alza en el valor de las acciones. Lo más interesante es que se estima que este indicador se ubique en un 10%, nivel adecuado para un estado de tranquilidad en el mercado de capitales.
Fuente: Tradingview.com Durante el 2009, el mercado de bien raíz de la Florida estaba en el ojo del huracán de la Gran Recesión, dado que el valor comercial de este activo cayó en más del 50% con un total nacional que sobrepasó los US$7 billones. Millones de personas perdieron sus casas, oficinas y bodegas, dado que el crédito hipotecario valía más que la propiedad y los ingresos recibidos por la renta no alcanzaban para cubrir dichos créditos. Si bien, la situación desafortunada que describo es algo que los colombianos entendemos dada nuestra experiencia con el Upac, también es importante decir que dicho activo presentaba en ese mismo año las mayores probabilidades de generar importantes rentabilidades para los inversionistas. Lea también: Las multinacionales que ganan y pierden con el coronavirus Es por esto que durante el 2009-2011, fondos de inversión e inversionistas profesionales canalizaron recursos hacia la Florida y junto con apalancamiento local, adquirieron toda clase de activos de bien raíz, lo que generó que para 2014 los inversionistas ya hubieran doblado su inversión, generando una rentabilidad mayor al 20% anual. El ejemplo anterior busca explicar que todos los activos que durante una crisis son afectados en mayor proporción que los demás y que son ajenos a las razones de dicha crisis económica, son precisamente los que presentan las mayores probabilidades de tener valorizaciones más altas en referencia al resto de los activos. Es por esto que JP Morgan durante las últimas semanas, ha presentado tres informes que evidencian el agotamiento de la estrategia de inversión en acciones que reinaba durante la pandemia. La cual fue invertir en acciones de Estados Unidos, Corea del Sur y China, privilegiando las acciones de empresas con capacidad de crecimiento en el sector de tecnología o en otros sectores, pero de base tecnológica. Los informes evidencian oportunidades de inversión en acciones de bancos y aseguradoras europeas que han perdido el 40% del valor durante los últimos 6 meses, así como oportunidades en los países emergentes que fueron más afectados por la pandemia, dado que el crecimiento esperado de los próximos años en su PIB debe ser constantemente mayor que el consenso de los analistas. Lea también: Las predicciones de Bill Gates para un mundo pospandemia Finalmente, y como es de esperarse, las industrias de hotelería y turismo, infraestructura y bien raíz, que han sido tan afectadas durante la pandemia, serían las recomendadas para invertir. Dicho lo anterior y después de ver la crisis del 2008 desde la tesorería del Santander en Colombia y España, y ahora viendo esta crisis desde Londres, creo que el 2021 tiene pinta del 2009. Ahora, sin importar si usted es un inversionista de acciones públicas o privadas, si usted representa un fondo de inversión o de pensiones, si usted es el ministro de Hacienda y tiene la obligación de maximizar los impuestos de los ciudadanos, o si simplemente es una persona que le gusta manejar sus ahorros de forma inteligente, quisiera decirle que el 2021 nos presenta un punto de partida para estructurar nuestra estrategia de inversión de los próximos 10 años. Para ello, debemos evaluar los errores del pasado, identificar las razones por las cuales perdimos oportunidades de inversión y capitalizar los casos de éxito. Armados de este conocimiento y de persistencia cuando las dificultades se presenten, podremos hacer de los próximos diez años nuestra década más próspera.