Por la cantidad de horas que empleados dedican día a día a su labor, las personas tienen diversos factores de riesgo laboral que tienen un gran potencial de afectaciones a la salud. El estrés laboral, los riesgos físicos o los riesgos biomecánicos son algunos de los más frecuentes que se encuentran en la cotidianidad de las organizaciones. Sin embargo, desde empresas y aseguradoras, existen otro tipo de riesgos laborales, que confluyen en enfermedades, mucho más costosos por lo demandante que resultan ser en diversos aspectos. Hoy día, los costos médicos resultan en un promedio mundial de 9,7% del total de costos laborales para el 2018, según el informe de tendencias Médicas Globales 2019 Por ahora, lo que podríamos llamar como inflación médica, no muestra tendencias a la baja, ni siquiera para el 2020. Por ejemplo, en Oriente Medio y Europa se espera que la tasa de inflación médica aumente por encima del promedio mundial, patrocinado parcialmente por el impacto del Brexit (aumento costos cobertura y atención) y las fuertes presiones que ejercerá esto al sistema de Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.

No obstante, el tema del alza en los costos para salud ya es un fenómeno que se presenta a nivel mundial. Según el informe Tendencias Médicas Globales 2019, las compañías médicas tienen mayores costos asociados por temas relacionados al metabolismo y la dieta de los empleados; aspecto que, si bien representa un deterioro en la salud de los trabajadores, también significa mayores costos médicos por su relación de costo-frecuencia y pérdidas de productividad para las empresas por temas como incapacidades y ausentismos. Los tres factores que pudieron determinarse como de mayor probabilidad y riesgo fueron temas relacionados a riesgos metabólicos y cardiovasculares que alcanzaron el mayor puntaje con un 97%, 11 puntos porcentuales más respecto al año anterior. A este le siguieron el riesgo dietario y el riesgo emocional/mental. Por su parte, son las enfermedades no transmisibles las que siguen siendo la principal causa de indemnización, casi que, a nivel mundial, destacando dentro de estas el cáncer, las enfermedades gastrointestinales y las afecciones respiratorias.

De parte de las aseguradoras se ha visto una serie de inversiones más estratégicas en pro de disminuir costos y alentar una mejor calidad en la prestación de los servicios de manera más oportuna. Casi el 30% de las aseguradoras encuestadas consideraron como una inversión de primer orden, iniciativas de atención médica de calidad basadas en una atención adecuada, en el momento adecuado y en el entorno adecuado. Asimismo, el 78% de estas consideran, o ya apoyan, las consultas médicas virtuales como una estrategia que logra contener los costos médicos, en la medida en que motivan el comportamiento basado en el consumidor. Esto relacionado a que los factores relacionados con el estilo de vida son los que más están impulsando la subida en los costos médicos. Ello también implica un cambio digital para que la atención médica sea más accesible y asequible a través de una gran gama de proveedores médicos, entre los que se incluyen no sólo médicos generales, sino también especialistas en temas de salud mental o fisioterapeutas. Sin embargo, ninguna de estas estrategias es suficiente para sopesar la gran tendencia al alza que tiene un aspecto trascendental y de alto impacto como el costo de los medicamentos y de los servicios médicos prestados. En el sistema de salud no deja de evidenciarse un despilfarro de prescripciones excesivas de pruebas y procedimientos médicos de bajo valor por cuenta del aumento progresivo de la demanda. En Colombia, mientras el costo de vida descendía 0,13% en julio, los precios de la salud subieron 0,17% durante el mismo mes. El incremento en el costo, y hasta en el gasto en este segmento, se ha venido multiplicando también en nuestro país. El alto costo de las nuevas tecnologías y el alza en el precio de los medicamentos han hecho de las suyas para que la salud resulte más costosa, incluso muy por encima de la inflación general. De hecho, al segregar este gasto en salud, medicamentos y aparatos médicos pesan el 60% de este, mientras que las consultas y procedimientos sólo representan un 18% del costo total. Y, en paralelo, en nuestro país el exceso de incapacidades es un tema que también quita el sueño a empresas y aseguradoras. No es normal perder más de 26 millones de días laborales al año, que cuestan alrededor de $200.000 millones, por cuenta - en mayor medida - por personas menores de 30 años y con una mayor incidencia en temporadas de torneos deportivos, fiestas patrias/regionales o eventos culturales.

Por ello, es importante concientizar a los empleados para que sean consumidores de servicios de salud mucho más inteligentes y racionales, en la medida en que las empresas y aseguradoras encuentran y aplican iniciativas de prevención y cuidado a la salud, por ejemplo, en temas de nutrición y alimentación balanceada con una disposición plena de alimentos para todos los empleados o poniendo más atención a criterios como el salario emocional. Para tener una demanda responsable, la oferta laboral debe poner de su parte para disminuir también los diagnósticos resultantes de malas condiciones en el trabajo.