El 30 de octubre de 2007 Mossack Fonseca, la fábrica de empresas ficticias que sirvió de guarida financiera a personas de dudosa conducta, fundó la compañía Navenby Investments Group, con US$10.000 de capital y con el objeto de “la compra, venta, permuta, arriendo, manejo, comercio, tenencia de inversión en toda clase de bienes muebles o inmuebles”. Navenby fue creada por empleados de Mossack Fonseca, testaferros de varias de las actuaciones de la cuestionada compañía y cofundadores de miles de empresas más: Verna de Nelson de 8.390 empresas, Jacqueline Alexander de 8.258, Yvette Rogers de 7.321 y George Allen de 5.460. (Ver documento) El 31 de octubre de 2011, Alberto Carrasquilla y sus compinches tomaron control de Navenby para hacer su negocio de ofrecer ‘bonos de agua’, que más adelante resultó en que la Nación tuvo que desembolsar $400.000 millones de los recursos de los contribuyentes para salvar a los municipios endeudados con esta operación. (Ver documento) Carrasquilla recogió el dinero para la inversión del Grupo Financiero de Infraestructura, conformado por Panamerican Capital Partner y Mallard Holding, ambas empresas del financista Christian Mürrle, personaje muy cercano al poder colombiano. Le recomendamos: Un mes del gobierno de Iván Duque, en hechos En 2014 Carrasquilla, una vez cumplido el objetivo de la operación, dejó tirada la empresa y tres años después, en octubre de 2017, el ministerio de Economía y Finanzas de Panamá sancionó a Navenby por no pagar la Tasa Única Anual. (Ver documento) Hasta el día de hoy no sabemos cuánta plata pasó de Panamá a Colombia y de Colombia a Panamá, por medio de Navenby; “eso es lo que no sabemos, porque el negocio se hizo en Panamá”, afirmó el senador Rodrigo Lara. Este mismo personaje, hoy ministro de Hacienda, propuso la semana pasada a las comisiones económicas del Congreso una reforma tributaria expresada en tres combos. El combo 1, por ejemplo, establece que, en los próximos cuatro años del gobierno de Duque, se recogerían $67,2 billones adicionales en IVA, con el cobro de este impuesto a productos de la canasta familiar. Asimismo, en renta a personas naturales se espera un aumento de 19,3 billones para quienes tengan ingresos superiores a $ 30 millones mensuales. No se pierda: A años luz de la educación Por otra parte, cumpliendo con la promesa de campaña de Duque, las empresas obtendrían una reducción de $43,8 billones en ese mismo periodo, por cuenta de nuevos beneficios tributarios, como disminución de tarifa, devolución de IVA, deducción del 50% del gravamen a los movimientos financieros y de una parte del ICA. Así las cosas, cada hogar colombiano, en los próximos cuatro años, terminaría pagando en promedio $97.670 adicionales en IVA y cada empresa pagaría $662.738 menos. También un aumento de recaudo de $35,5 billones por gestión de la Dian, pero además por cuenta de una nueva amnistía tributaria. En cuanto al gasto público, el gobierno aspira a devolver 6,5 billones en IVA durante todo su gobierno al Sisben 1 y 2 lo que significaría, en caso de que llegara a darse, una devolución de $43.000 mensuales por hogar. Finalmente, un recorte total de gastos en $12,4 billones. Lea también: ¿Unidad para qué? El IVA de Carrasquilla será un nuevo golpe al bolsillo de los hogares colombianos, para resolver las necesidades de un gobierno que justifica y defiende a un ministro inescrupuloso, que se enriqueció aprovechándose de una legislación nacional inducida por él, de la inexperiencia, afugias y corrupción prevaleciente en dichos municipios, y que usó a Panamá como mecanismo para que los colombianos no sepamos cómo se desarrollaron sus negocios privados con recursos públicos. Es necesaria la más amplia confluencia de sectores políticos, sociales, sindicales y académicos para seguir exigiendo su renuncia y enfrentar su perversa propuesta de reforma tributaria. * La información sobre Navenby fue resultado de la labor investigativa de Red Más Noticias y el periodista Mario Villalobos, que fueron amablemente compartidas conmigo.