Hoy podemos dividir la digitalización de nuestras vidas en dos grandes vertientes: por un lado, las compras en línea o comercio electrónico y, por el otro, los servicios ciudadanos con el Estado a través de internet. Ambas, especialmente la segunda, requieren que redoblemos esfuerzos para lograr mecanismos masivos, seguros y rápidos de validación de identidad en la web. Compras on line Iniciemos con la primera vertiente. El 90% de los internautas en Colombia realizan actividades de comercio electrónico y cerca del 20% hace eCommerce, es decir, compran y pagan en línea. El teléfono celular o smartphone es el dispositivo más utilizado con un 49%; seguido del computador portátil, con un 30%; el computador de escritorio, 19%; y las tabletas, 2%. Así mismo, los servicios más demandados son los alimentos y medicamentos con un 68 y 61%, respectivamente, de acuerdo con el estudio publicado por el MinTic y el Observatorio de e-Commerce que corresponde al último trimestre de 2019.
No obstante, cerca del 50% del comercio electrónico es off line. Esto es, las personas hacen la compra en línea, pero el pago lo realizan en efectivo contra entrega, ya sea en su casa, oficina o en un punto de recaudo. Lo que demuestra que aún hay una facción importante de la población que prefiere, por seguridad o por tradición, hacer su pago presencialmente. Ahora bien, frente a esta primera vertiente, la identidad digital del cliente y el proceso de validación de la compra en línea se soportan a través del medio de pago que puede hacerse con tarjeta débito, tarjeta de crédito o el token OTP, además, por supuesto, de la clave del usuario. En pocas palabras, el método de pago electrónico es la forma mediante la cual un establecimiento de comercio puede verificar la identidad de un cliente que está comprando por internet. Debido a lo anterior, el gran reto para el sector financiero y el comercio electrónico en general es la validación de identidad de los usuarios, proceso que tradicionalmente se hace presencial, en línea o por teléfono mediante formularios de preguntas y respuestas que consultan distintas bases de datos. Esto, además de ser poco seguro, es engorroso y tedioso para el usuario. Por esta razón, el modelo de autenticación digital del gobierno nacional -que viene madurándose hace más de una década- es una alternativa interesante para todos los sectores, incluyendo telecomunicaciones y financiero. Servicios ciudadanos digitales En este punto llegamos a la segunda vertiente de la digitalización en Colombia y a donde deben dirigirse los esfuerzos: los trámites con el Estado. Dentro de la Política de Gobierno Digital existe el modelo de autenticación digital con el que se busca seguridad para el ciudadano, evitando la pérdida y uso indebido de datos sensibles; además, facilitarle la vida, evitando los engorrosos formularios y múltiples contraseñas que son imposibles de recordar. Para ello, el reciente Decreto 620 del 2 de mayo de 2020, establece la posibilidad que ya recogía el Decreto 1413 de 2017 para que se haga uso de firmas electrónicas y digitales, así como de la cédula digital y la biometría facial a través de la consulta a la base de datos biométrica facial de la Registraduría Nacional.
Debemos pasar la página de las contraseñas para acceder a los sistemas. Solo deberían permanecer las claves de un solo uso (OTP) para firmado de documentos. Hoy en día cada ciudadano tiene entre 2 y 8 contraseñas para acceder a distintos sitios. De acuerdo con un estudio de Deloitte, casi el 90% de las contraseñas de los usuarios de todo el mundo son vulnerables a los ataques de ciberdelincuentes. Por ello, la biometría facial en combinación con la cédula de ciudadanía digital, las firmas electrónicas y las firmas digitales, son la clave para la autenticación digital del futuro inmediato. El uso de los múltiples factores de autenticación es, sin duda, la solución a la identificación en línea. La combinación de los factores de autenticación es la clave para la validación de identidad en línea: “Algo que se posee, algo que se sabe y algo que se es”. Si se logra la combinación de estos tres factores, la autenticación será altamente segura. Para finalizar, el modelo de los servicios ciudadanos digitales tiene tres grandes columnas: la interoperabilidad que busca una conexión entre todas las entidades del Estado; la autenticación digital que resuelve la validación de identidad de las personas a través de medios digitales; y la carpeta ciudadana, el sistema idóneo para que los colombianos consulten la información de sus trámites ante el Estado en línea. Sobre estos tres aspectos profundizaremos en una próxima ocasión. La identidad digital le permitirá al ciudadano, funcionario público o persona jurídica realizar transacciones electrónicas con cualquier actor del Estado, incluyendo a privados que cumplan funciones públicas, a través de la sede electrónica compartida www.gov.co y de las sedes electrónicas de cada entidad. Ese es el camino que debemos recorrer para facilitarle la vida a millones de colombianos y crear un vínculo mucho más cercano entre los ciudadanos y los trámites gubernamentales. La digitalización de nuestra vida no puede quedarse solamente en comprar cosas por internet, sino en relacionarme de manera fácil y rápida con todas las instituciones públicas del país. *El autor es director del Observatorio Gobierno y TIC U. Javeriana. Presidente Camerfirma Colombia.