Los dos principales factores de riesgo para la economía y para la salud están empezando a ceder, con lo cual habrá vía libre para una recuperación más vigorosa durante el primer trimestre de 2021, eso en la práctica significará un ascenso de las cotizaciones de algunos activos como las acciones de los sectores más afectados y del petróleo, el cual tiene un estrecho vínculo con la actividad económica. Lea también: Los debates sin resolver En primer lugar, con la elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, el tono beligerante en las relaciones comerciales con China va a cambiar hacia una relación de mejor cooperación comercial y cumplimiento de los acuerdos que desde ambas partes están en espera, tanto de mayores compras por parte de China, como de eliminación de algunas de las medidas implementadas por Estados Unidos frente al comercio y fabricantes chinos. En suma, lo que existirá será más comercio y con ello la clausura de uno de los lastres que traía la economía, puesto que la guerra comercial representó una desaceleración del comercio y por ese canal de la economía mundial. La elección de Biden también implica una visión más ortodoxa de la economía y probablemente la aplicación de mayores estímulos directos, aunque también puede existir un alza de impuestos corporativos, pero que si se traducen en gasto público pueden tener un efecto positivo en el apuntalamiento de la economía. En ese mismo sentido, es plausible que exista un nuevo relevo en la presidencia de la FED. Probablemente Biden buscará tener en el banco central un actor más dispuesto a impulsar la economía, vía mantener las tasas de interés bajas. Igualmente, la posible nominación de Yaneth Yellen como Secretaria del Tesoro muestra la disposición de Biden para buscar mayor estímulo a la economía y trabajar en la recuperación del mercado laboral. También le puede interesar: Seguir abriendo para continuar recuperando En segundo lugar, los anuncios sobre el desarrollo de vacunas efectivas para combatir el coronavirus por parte de las principales farmacéuticas van a mitigar los temores sobre nuevos cierres en las principales economías, que volverán a llevar la demanda a los niveles que vimos en marzo y abril, donde la crisis tuvo su cenit. Ahora, con una vacuna en curso, la posibilidad de nuevos cierres es muchísimo menor que antes y, al contrario, las expectativas de mayor actividad económica empiezan a ganar fuerza frente a las probabilidades de que se experimente una nueva situación de parálisis. Con el riesgo de cierre entrando en control, las expectativas de recuperación de la economía se despejan en la medida que se vayan resolviendo las incógnitas sobre la distribución de la vacuna, su efectividad en la protección contra la covid–19 y el inicio de su aplicación en personas. Se van abrir de nuevo las fronteras y el tránsito de personas tanto en el turismo como en los negocios se dirigirá hacia los niveles de enero y febrero, contribuyendo con la recuperación de la demanda por bienes y por energía. La recuperación de la demanda por energía va a dar paso al fortalecimiento de los precios del petróleo, que sin embargo experimentarán continua volatilidad, ya que el control de la oferta sigue estando en manos de la Opep+, donde los intereses de todos los miembros no siempre confluyen y, en el caso de Rusia y Arabia Saudita, que son los líderes del grupo, las calidades de su petróleo compiten en Asia y China, que son a su vez la región donde más crece la demanda por crudo, y China es hoy en día el mayor importador. Igualmente aportará su cuota de volatilidad en los precios las posibles conversaciones de Biden con Irán para remover o relajar las sanciones impuestas. Eso puede llevar a que exista un desbalance con sobreoferta, ya que Irán es un importante productor y puede llevar al mercado cerca de 2 millones de barriles diarios. Lo claro es que la recuperación de la economía global está próxima a iniciar, aunque en el camino se van a presentar baches y momentos de incertidumbre, entonces la recomendación es tomar posiciones largas en los activos relacionados a energía, el transito de personas y, obviamente, farmacéuticas. Para los que puedan sentirse más nerviosos, lo mejor será tomar pastillas para dormir hasta junio del 2021 y despertar en el escenario de recuperación, cuando ya sea evidente la mitigación de los riesgos. Lea también: Oportunidades de inversión en coronavirus