Tanto en mis clases como a mis clientes, para los que creo contenido, siempre les digo que yo no doy recomendaciones de inversión y esta columna no es la excepción. Hoy no les voy a dar el secreto mágico para ganar siempre, ya que eso es imposible en los mercados financieros. Lo que quiero compartir con ustedes son algunos conceptos que me parece muy útil tener en la caja de herramientas a la hora de invertir y que pueden ayudarles a mejorar su análisis. Aunque hay muchos temas asociados a inversiones personales, aquí quiero tratar cuatro que me parecen un buen punto de partida a la hora de crear un análisis más estructurado: el perfil de riesgo, el conocimiento del activo, la psicología detrás de nuestras decisiones y la diversificación.
Lea también: Moody’s: bancos colombianos están más expuestos a escenarios adversos ¿Conoce su apetito de riesgo? Seamos honestos. El riesgo existe siempre en los mercados financieros; es por eso que también está presente la otra cara de la moneda: la rentabilidad. Así que puede pasar que hagamos toda la tarea, realicemos nuestro análisis técnico, fundamental o corramos modelos y algoritmos y, al final del día, perdamos. Recuerden que el riesgo está asociado con la incertidumbre sobre el comportamiento futuro, así que en otras palabras todo el tiempo estamos negociando nuestra expectativa sobre el comportamiento futuro, mejor dicho, incertidumbre. Así que la pregunta que se deben hacer en este punto es: ¿estoy dispuesto a perder? Y si es así, ¿cuánto? Por eso, una de las primeras recomendaciones siempre es que invierta con dinero que no necesita, ya que siempre existe la posibilidad de pérdida en el mercado. Es importante saber las respuestas a estas preguntas, ya que eso determina su perfil de riesgo: si es conservador, moderado o agresivo y, basado en eso, elegir la clase de activo más apropiada para invertir. ¿Entiende el activo? Como mencionaba en el apartado anterior, el perfil de riesgo es importante para la selección del activo, pero también es igual de importante entender su naturaleza, ya que la de cada uno es diferente y su comportamiento obedece a diferentes dinámicas. Por ejemplo, hay variables fundamentales de las compañías y los sectores que son cruciales para entender el comportamiento de sus acciones; de igual manera, los bonos públicos tienen una dinámica asociada en parte a las decisiones de política de los bancos centrales y las expectativas de inflación; las divisas muestran en general un mayor nivel de volatilidad que otros activos, o los fondos de inversión también tienen un perfil particular que es importante revisar. Esta es la razón por la que las mesas de dinero tienen traders concentrados en solo una clase de activos y en los mercados más desarrollados y líquidos, inclusive aún más especializados, como, por ejemplo, expertos en acciones, pero solo de compañías automotrices. Así que, aunque suene muy obvio, es fundamental entender todas las características del tipo de activo en el que se quiere invertir para poder lograr que conecte perfectamente con nuestro perfil de riesgo. Lea también: UE pide a Londres dejarse "de juegos" y cumplir el acuerdo del Brexit No olvidemos la psicología En las inversiones, el aspecto psicológico es un factor crucial a la hora de tomar de tomar decisiones. En realidad, no solo en inversiones, sino en todos los aspectos de nuestra vida. Mucho del estudio de economía o finanzas comportamentales se centra en el análisis y modelación de los llamados sesgos cognitivos y cómo ellos afectan nuestras decisiones. Un sesgo cognitivo es un componente subjetivo que afecta la forma en la que percibimos las cosas y, por tanto, termina afectando las decisiones que tomemos al respecto. Por ejemplo, un sesgo que puede afectar la toma de una decisión de inversión es el de anclaje, que consiste en tomar una decisión dando un peso exagerado a la primera información que recibimos, lo que hace que toda nueva información que se revise sea filtrada a través de ese sesgo. El de anclaje solo es uno de muchos y, por eso, es importante tener en cuenta que existen dichos sesgos y que pueden afectar nuestro comportamiento, e incluirlos dentro de nuestra estrategia. De huevos y canastas ¡No ponga todos los huevos en la misma canasta! Una gran máxima de sabiduría de todas las abuelas desde siempre, y que la verdad es muy cierta. Aquí llegamos al último de los cuatro puntos que quería tratar hoy: todo esquema de inversión en la cual se haya entendido el activo, identificado nuestro perfil de riesgo y evaluado los posibles sesgos no estaría completo sin una estrategia de diversificación. La diversificación no es más que ampliar el número de activos en los que estoy invirtiendo para buscar reducir la exposición a un riesgo en particular. Existen diferentes formas de hacerlo, como tener activos de diferentes clases en el mismo portafolio, por ejemplo; acciones y bonos, o combinar plazos, con fondos de largo y corto plazo. Pero lo que es cierto es que es importante tener estrategia de control del riesgo de concentración y esta también debe ser tan dinámica como el comportamiento de los mercados, realizando rebalanceos periódicos del portafolio. Lea también: Powell: la economía se recuperó de la caída del segundo trimestre Espero que este aporte a la educación financiera les haya sido de utilidad. Recuerden: no se trata de encontrar respuestas perfectas, lo importante es mejorar cada vez más la caja de herramientas para tomar mejores decisiones, eso sí, entendiendo el riesgo al que nos enfrentamos en cada escenario.