Un grave error es confundir digital con un ‘like’, un peor error es creer que lo sostenible es un discurso y no una visión de negocio. Sin embargo, en un mundo cada vez más conectado, estas ideas todavía sorprenden a muchos. Frente a ‘lo digital’, tristemente se ha popularizado que se limita al uso de plataformas sociales o de tecnologías específicas, pero ser digital tiene mucho más que ver con las interacciones de fondo que genera la mediación tecnológica, que con corazones y compartidos en una publicación. Por la misma vía, la sostenibilidad no es tema de las áreas de responsabilidad social ni tampoco alusiones a la Pacha Mama en el discurso corporativo; por el contrario, tiene que ver con apostar por el equilibrio entre lo rentable y lo social y ambientalmente responsable. Le puede interesar: Salarios, brechas y deficiencias en el mercado laboral digital Digital y sostenible tienen en común que ambos marcan el rumbo de nuestras sociedades y, sin lugar a dudas, el destino de nuestras organizaciones –aunque también comparten el desconocimiento que los envuelve, las malas prácticas y los vendedores de humo–. Con el fin de ampliar ideas y despertar reflexiones sobre las relaciones entre lo digital y lo sostenible, el equipo de Pacto Global Colombia –red de organizaciones públicas, privadas y sociales, adheridas a los principios de las Naciones Unidas–, en alianza con la plataforma de eLearning EnEntrenamiento, me invitaron a hacer parte del curso ‘Comunicando la sostenibilidad en digital’, del cual les comparto seis ideas clave sobre cómo lo digital puede impulsar las prácticas de sostenibilidad al interior de las empresas: Desarrollando la experiencia interna, haciendo tangibles –desde las extrañas maneras en que lo digital puede hacer tangible una experiencia o una emoción–, aquellos compromisos personales o colectivos que apuestan por ‘lo correcto’ en el marco de un proyecto o una compañía. Generando conexiones con el cambio, haciendo ver que las ideas de unos cuantos en una organización pueden llegar a ser las ideas de muchos en ella y en tantas otras a nivel global. Impulsando procesos de planeación más abiertos, colaborativos y cocreados, que derivan en una toma de decisiones más cercana a las necesidades de la compañía y de sus grupos de interés. Aprovechando el contexto político y de políticas, aún tan volátil en materias digitales y de sostenibilidad, que resulta el caldo de cultivo perfecto para gestar iniciativas para el mediano y largo plazo. Promoviendo la generación de propuestas integrales, donde se consideran los intereses de los posibles beneficiarios y las decisiones se toman basadas en datos reales. Impulsando más el escalar los proyectos que desarrollar pilotos de nuevas iniciativas, cargando a los proyectos con dosis de ‘equivócate rápido y equivócate barato’ junto al ‘hazlo en grande’, tan populares en Silicon Valley y tan necesarios en el marco de la sostenibilidad.
Le sugerimos: Mujeres y niñas en tecnología: ¿y si hablamos de liderazgo antes que de STEM? Pensar en digital implica una profunda reflexión sobre nuestro papel como especie en el futuro; pensar en sostenibilidad, supone trabajar por hacer viable ese futuro.*** Más reflexiones sobre los impactos de la tecnología en la vida social, económica y el desarrollo sostenible en @amolanor