Ricardo Ávila, el editor de esta publicación, es un hombre ponderado y bastante bien informado. Sin embargo, en el escrito del pasado 10 de junio, ‘Carbón en picada‘, Ávila hace una predicción que este columnista no comparte: “Con más de 16.500 millones de toneladas de reservas, Colombia tiene cómo ser una potencia carbonífera hasta finales del próximo siglo, pero para que ello suceda el negocio tiene que pintar mejor que ahora. El cambio en la matriz de generación energética global no es el único riesgo.” Y no comparto la predicción energética de Portafolio porque creo que el carbón tiene sus días contados y muy probablemente antes del 2050 (150 años antes del potencial carbonífero que menciona Ricardo Ávila), el uso del carbón va a estar prohibido, o drásticamente restringido, a nivel mundial. Puesto de otra manera, a medida que se inicia la segunda mitad de este siglo, el que Colombia se ufane de tener 16.500 millones de toneladas de carbón es equivalente a que Yemen fanfarronee que tiene las mayores reservas de arena del mundo. Le puede interesar: ¿Sueños de una noche de verano? Más realista la columna publicada el lunes (Junio 25/19), ‘El negro futuro del carbón‘, del economista Mauricio Cabrera: “El carbón fue el combustible de la primera revolución industrial, y llevó a Inglaterra a ser la gran potencia industrial en los siglos XVIII y XIX…El petróleo y el gas lo han desplazado como combustible para motores, pero por su menor costo su poder calorífico todavía se utiliza para generar el 38% de la energía consumida en el mundo. Esta situación va a cambiar en pocos años…Inglaterra es el caso más claro de sustitución. A mediados del siglo pasado tenía cerca de 1.400 minas subterráneas que producían la casi totalidad de los 230 millones de toneladas que consumía; hoy todas esas minas están clausuradas, solo quedan unas pocas a cielo abierto, y el consumo anual de carbón ha caído a 18 millones de toneladas.” La Unión Europea, señala a continuación el economista, va más retrasada “pero se ha fijado la meta de cerrar todas las plantas generadoras a carbón, que hoy producen el 20% de la energía de la región. En Estados Unidos en lo corrido del siglo el consumo también ha caído de 1.100 millones a 690 millones de toneladas, y el pronóstico es que en dos años va a disminuir otros 100 millones de toneladas. Le sugerimos: En Cuba, el pollo es el animal con la cola más larga El menor consumo ya está afectando los precios que en este año han caído 30%, en claro contraste con la recuperación de los precios del petróleo, y no se espera que se recuperen en el corto plazo. Un negro futuro para el que no estamos preparados.” Y si bien algunos combustibles fósiles seguirán siendo la principal fuente de energía a nivel mundial por algunas décadas, la inmensa mayoría, incluyendo el carbón, están condenados a desaparecer debido a su alto costo de producción y alto impacto ambiental de extracción, transporte y consumo. El economista Jeffry Sachs, en reciente entrevista, opinó sobre este tema: “Existe consenso en que hay muy poco futuro para el carbón. No es algo inmediato, pero pasará. Es una gran preocupación, y solo se mantendrá si se crean tecnologías para utilizarlo en forma limpia. Creo que abrir nuevas áreas para la explotación de carbón será riesgoso para el país, incluso desde el punto de vista netamente financiero. Colombia debe estar alerta de que el mundo se moverá lejos del carbón. Eso está pasando en Estados Unidos, que es el mayor socio comercial colombiano.” Puede leer: Los ricos son más ricos…y los pobres, más pobres Que los colombianos le sigamos apostando al carbón puede ser un error. En el campo de la minería, especialmente en lo se refiere al oro, el cobre y el coltán, Colombia tiene un enorme potencial. Ojalá que los objetivos de algunos ambientalistas recalcitrantes no logren la prohibición de la minería legal en beneficio de la ilegal, que florece como nunca lo ha hecho en la historia. Los grandes mineros en Colombia no son las empresas especializadas que cumplen los requisitos legales, sino los grupos ilegales al margen de la ley: el ELN, las disidencias de las Farc, las bacrim…