A propósito del incremento en la tasa de intervención por parte del Banco de la República al final de septiembre, surge la preocupación sobre el posible impacto negativo de esta decisión sobre el crecimiento económico, toda vez que la transmisión hacia otras tasas de interés relevantes (TES, DTF, IBR, interbancaria, etc.) podría generar un menor uso del crédito en la economía. Sin embargo, llama la atención que el nivel de la DTF se encuentre en 4,27% (E.A.), siendo el nivel más bajo de esta tasa de interés desde noviembre del año pasado. Este resultado sugeriría una escasa transmisión del movimiento en la tasa de interés que el Banco de la República le cobra al sistema financiero (pasó de 4,25% a 4,50%) hacia una de las principales tasas de interés que los establecimientos de crédito le cobran a sus clientes, principamente a través de la modalidad de crédito comercial. Sin embargo, esta situación es simplemente parte de la clara evidencia del agotamiento de la DTF como tasa de interés representativa del mercado de crédito y monetario en Colombia. Entre tanto, la tasa de interés IBR (Indicador Bancario de Referencia) se ubicó en 4,73% (E.A.), mientras que el 25 de septiembre, día en que el Emisor subió la tasa de intervención, este indicador se encontraba en 4,46%. Es decir que sí hubo transmisión de tasas de interés, pero la DTF cada vez más deja de funcionar como un indicador adecuado del precio del dinero a corto plazo. Esta tasa de interés, vigente en Colombia desde 1984, corresponde al promedio ponderado de los depósitos a término fijo, específicamente a 90 días, realizado a través de CDT, por parte de los establecimientos de crédito. La DTF nació como una respuesta a la necesidad de tener una tasa de interés representativa de las condiciones del principal costo del sistema financiero colombiano en un momento cuando el principal instrumento de inversión financiero era el CDT (certificado de depósito a término fijo), la economía colombiana era cerrada, no existía el mercado de deuda pública, no había mercado de derivados y no había una tasa de cambio libre. Como todas esas condiciones que daban forma al contexto histórico vigente hace 30 años han cambiado, lo más lógico es que también cambie el principal indicador para medir el nivel de tasas de interés de corto plazo (hoy entendido como mercado monetario) en Colombia. Ante esta situación, desde enero de 2008 comenzó a funcionar el IBR (Indicador Bancario de Referencia) como una iniciativa entre Asobancaria y el Banco de la República para suplir esta falencia. El IBR es una tasa de interés de referencia de corto plazo denominada en pesos colombianos, que refleja el precio al que los bancos están dispuestos a ofrecer o a captar recursos entre sí (mercado interbancario) y se calcula para tres plazos (un día, un mes y tres meses). La metodología de cálculo es muy similar a la utilizada para calcular la principal tasa de interés a nivel mundial, la LIBOR. Las principales ventajas del IBR frente a la DTF son:  1) Permitir la cobertura del riesgo de los movimientos en las tasas de interés del Banco de la República ya sea ante una posición pasiva (deudor) o activa (inversionista o prestamista), incluso hasta plazos de 10 o 15 años a través del mercado de derivados (swap IBR tasa fija).  2) Reflejar rápidamente las expectativas sobre el nivel futuro de la tasa de interés de intervención del Banco de la República, permitiendo anticipar el comportamiento de la política monetaria al interior del país.  3) Reflejar la percepción de riesgo de crédito de las mayores entidades financieras del país que son quienes forman parte del esquema de formación del indicador, mientras que en el cálculo de la DTF cualquier establecimiento de crédito con una captación grande a 90 días puede influir. Es de resaltar que se están dando los pasos necesarios para suplir el IBR por la DTF, aunque el proceso ha sido muy lento, pues ya casi se completan ocho años de inaugurado el nuevo indicador. Si bien la captación indexada a tasas de interés se ha comenzado a concentrar en dicho indicador y se ha desarrollado un importante mercado de derivados asociado al IBR, falta un verdadero impulso a la utilización del IBR como tasa de interés de los créditos otorgados por los establecimientos de crédito en Colombia.