Existen diferentes razones para que el gobierno tome una posición como esta, y todas son válidas, lo importante es que se va a hacer con los recursos, inexcusable que terminen cubriendo el déficit fiscal del año, no puede quedar en el sentir de los colombianos lo que pasó con Isagén donde los recursos de la venta no sabemos que se hicieron. La primera democratización accionaria de Ecopetrol fue un rotundo éxito, se mataron muchos pájaros de un tiro, primero se hizo socios a más de 500.000 colombianos de la compañía más grande del país, esto tenía en su momento una relevancia grande en términos del manejo de la USO (Unión Sindical Obrera) ya que cuando pedían por pedir era tratar de sacarle el mayor provecho al Estado, ahora es a todos los colombianos porque además de los inversionistas individuales, los fondos de pensiones donde tenemos la mayoría de los colombianos nuestros ahorros también invirtieron. Segundo, esta colocación se hizo emitiendo nuevas acciones, de manera que los recursos recogidos entraban a Ecopetrol como capitalización e iban a ser invertidos en exploración y en nuevos negocios, esto aseguró que no se usaran estos recursos para cubrir faltantes de recursos del gobierno central. Tercero, además de la emisión de acciones en Colombia, se inscribió el ADR en la bolsa de Nueva York de manera que se pueda transar también allá, esto convierte a Ecopetrol en una compañía que debe manejar estándares corporativos altos y dejar de manejarse políticamente. Le puede interesar: El nefasto impuesto al patrimonio Los lunares de esta primera etapa fueron la poca explicación en la colocación de los riesgos inherentes a la compañía, al ser esta una empresa dependiente 100% del petróleo, tiene un riesgo mucho mayor al de compañías de otros sectores y que hubo mucho inversionista pequeño que se convirtió en un problema para las comisionistas de bolsa en términos de costos. Esta nueva incursión en el mercado es diferente, primero no se haría emitiendo acciones si no el estado vendiendo participación, esto implica que los recursos producto de la operación no entran a Ecopetrol, estos llegan a las arcas de las entidades públicas que venden su participación, esto implica que los colombianos debemos estar muy atentos que se pretende hacer con los recursos, si estos se dedican a inversión como infraestructura es cambiar un activo por otro, si se utiliza para gasto público es como vender la vajilla para comprar el mercado. En términos de control del estado sobre la compañía no existiría ningún problema, entre tener el 88% de la compañía y el 80% no hay diferencia, de hecho, podría vender inclusive más porcentaje y seguiría teniendo el control. Le sugerimos: La colcha de retazos de la Ley de Financiamiento Tal vez el escollo más importante que tendría esta nueva emisión sería quienes podrían estar interesados en comprar las acciones, yo considero que el mercado local no tiene la capacidad de comprar ahora, las personas naturales no están en el mercado hoy en día, los fondos de pensiones y otras entidades de inversión locales tienen una posición los suficientemente grande para el riesgo y la volatilidad de la inversión, no los veo interesados en aumentar su participación, entonces para esta nueva inversión se deben buscar inversionistas en el exterior bien sea fondos de inversión o compañías del sector petrolero que quieran invertir en la región. Por último, es relevante entender que el petróleo está en otro momento histórico al de la primera emisión, no se ve en el mediano plazo un aumento del precio a niveles que hagan aumentar el precio de la acción considerablemente, creo más bien que los inversionistas que decidan invertir deberían apostar más a la exploración y aumento de las reservas que al precio del petróleo y aumento de su demanda. De todas maneras todavía falta bastante trecho para esto, falta el paro de la USO torpedeando el proceso, las marchas de la izquierda en contra de la privatización, las demandas y tutelas para trancar el proceso, y lo más importante, un buen momento del mercado accionario y petrolero para hacer de esta un éxito. Lea también: La galleta de la educación superior