Los procesos de innovación son parecidos: se inician con mucha motivación y esperanza de lograr resultados impactantes, pero una vez las organizaciones se enfrenten a la gran cantidad de variables que se encuentran involucradas en el camino, la energía se convierte en frustración y los resultados se esfuman. Para que la innovación no se convierta en propósito de año nuevo, tenga en cuenta los factores a continuación: 1. Establezca un objetivo claro alineado con la estrategia Dejarse caer en la tentación de innovar por entrar en la moda, no es efectivo, pues innovar por innovar no tiene sentido. La innovación debe ser un habilitador que hace posible la consecución de la estrategia, de lo contrario, representa una pérdida de foco y de tiempo para el negocio. 2. Haga de la innovación una prioridad Cuando los objetivos del negocio son retadores, es muy probable que se requiera de innovación para alcanzarlos. Por eso, es importante que se mida a todos los colaboradores por su aporte a los procesos de innovación, para que de esta manera se convierta en una responsabilidad significativa de todos. Es importante tener en cuenta que los cuellos de botella del proceso de innovación, se dan la mayoría de las veces por considerarla como trabajo adicional y no como una actividad clave del negocio. Le sugerimos: ¿Por qué no se me ocurrió a mí? 3. Cree un equipo dedicado La innovación va de la mano de la incertidumbre, por lo que en el proceso puede que se den muchas vueltas e iteraciones que requieren tiempo y dedicación. No nos digamos mentiras, tiempo es lo que generalmente no hay y como estamos en una cultura que prioriza lo urgente sobre lo importante, ante las cargas laborales, la innovación termina siendo la última prioridad de la lista. Por eso, se deben crear estrategias que permitan dedicarle tiempo de manera deliberada, y aquí, tener equipos dedicados al tema es muy efectivo. Estos equipos pueden ser completamente compuestos por colaboradores, o con consultores externos, o incluso arriesgarse a asignar estos proyectos a practicantes. Las posibilidades son infinitas, por eso la invitación es a enfocarse en posibles caminos y dejar de lado las excusas. 4. No se enamore de la idea, sino de la solución Es común obsesionarse con las soluciones y con la capacidad que se tiene para desarrollarlas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los retos del negocio se solucionan con un nuevo producto, con una app, o con una mejora en el servicio. Si realmente queremos contar con soluciones exitosas y sostenibles en el tiempo, el foco debe estar en los problemas que resuelven, no tanto en el cómo lo hacen. Lea también: No tengo tiempo para innovar, ¿y ahora? 5. Valide, valide y valide La única forma de saber si las innovaciones tendrán éxito, es escuchando el mercado. Pero esto no debe dejarse para el final del proceso, sino que debe ser un ejercicio continuo que permita definir rápidamente los caminos de la implementación.