El término enfermedad holandesa se refiere a los efectos nocivos derivados de un aumento significativo en las entradas de divisas de un país y fue acuñado debido al hallazgo de grandes yacimientos de gas natural en Holanda, específicamente en el mar del norte. El impacto de estos hallazgos originó un aumento considerable en sus exportaciones lo que trajo una mayor entrada de divisas y por tanto una reducción de la tasa de cambio de la moneda holandesa de la época, el Florín.El concepto por partesEn principio la lógica nos llevaría a pensar que el hallazgo de un gran yacimiento de gas natural en Groningen en 1959 debería ser algo positivo para el crecimiento económico de Holanda, sin embargo, existe un efecto adverso sobre otros sectores debido a la revaluación de la tasa de cambio. En otras palabras, cuando se presentan este tipo de hallazgos hay un sector que experimenta un boom, en este caso el gas natural, y lo vuelve mucho más activo, pero perjudica otros sectores como el de la manufactura.
Para poder aclarar el concepto de la enfermedad holandesa es importante analizar sus efectos en dos niveles, el efecto de los flujos sobre la tasa de cambio, y el efecto del sector en boom sobre sobre otros sectores de la economía.También le puede interesar: ¿Qué esperar del primer trimestre?El mercado cambiarioLa forma más simple para explicar el efecto de un ingreso de divisas en el mercado es a través de un gráfico de oferta y demanda ya que en una economía con un esquema de tasa de cambio flexible la tasa de cambio la determinan las fuerzas del mercado de divisas. Lo anterior implica que el valor de la tasa de cambio va a estar sujeto a las fuerzas de oferta y demanda por lo que el efecto de un aumento en el ingreso de divisas genere variaciones en la tasa tal y como se ve en el siguiente gráfico.
Para explicar el punto anterior tomemos el ejemplo de una economía con una moneda llamada el Trono, cuya tasa de cambio Tronos/Dólar es flexible por lo que está sujeta a las fuerzas de oferta y demanda de dólares que se pueden ver en el gráfico 1. En el momento 1, la tasa de cambio era de 5 Tronos/Dólar, pero encuentran una mina de oro en el país con el potencial de ser la más grande del mundo, lo que hace que aumente dramáticamente sus exportaciones y por tanto los ingresos derivados de estas aumentado el ingreso de dólares y desplazando la oferta de 1 a 2.Le sugerimos leer: Levantándole el capó a la inflaciónEste aumento de dólares hace que la divisa se vuelve menos escaza y por tanto más barata en términos de la moneda local lo que hace que la tasa de cambio baje de 5 Tronos/Dólar a 4 Tronos/Dólar. Esta reducción se conoce como revaluación, y quiere decir que los tronos han aumentado de valor respecto al dólar.La enfermedad holandesaEn el apartado anterior hablamos del aumento de flujos provenientes de las exportaciones, sin embargo, hay que notar que este efecto también se ve aumentado por entrada de la inversión extranjera directa por parte de compañías extranjeras que buscan explotar la nueva mina o el nuevo yacimiento.¿Pero qué pasa con las demás industrias? Ahí es donde empieza el efecto real de la enfermedad holandesa, y es que esta reducción en la tasa de cambio tenderá a afectar otros sectores exportadores que ante el aumento del valor de la moneda local se harán menos competitivos ya que producirán a costos más altos que antes comparados con otros países y además deberán enfrentarse a un aumento de importaciones que simultáneamente se hacen más baratas.Otro factor igualmente importante es la concentración de los recursos productivos en el sector del boom mientras los sectores que se deterioran reducen su demanda de mano de obra o mueven sus operaciones a otros países para reducir los costos. Debido a esta concentración en un solo producto de exportación el país también se ha ce más vulnerable a las fluctuaciones en su precio, ya que depende fuertemente de sus ingresos, para no ir más lejos piensen en cualquier país de la OPEP, por ejemplo.¿Qué sucede después?El problema viene después de que pasa el boom y caen los precios del producto que se exporta haciendo los efectos de la enfermedad holandesa dolosamente visibles, mostrando bajas tasas de crecimiento derivada del deterioro de los demás sectores productivos de la economía, así como aumentos en la tasa de desempleo y una alta correlación de la tasa de cambio al precio de la exportación. No se sorprendan si las tendencias que he expuesto anteriormente les suenan familiares, marcada caída de precio del petróleo desde 2014, último dato de crecimiento 1.1% con una importante reducción en la actividad manufacturera, tasa de desempleo 8.9% y una fuerte dependencia de la TRM a las fluctuaciones de los precios internacionales del barril. Estoy seguro que ya lo notaron, no estoy hablando de Holanda en 1960 sino Colombia en 2017.Lea también: Las expectativas y la Opep