Actualmente las empresas gastan millones de dólares en coaching, una importante proporción en coaching emocional. Miles de personas alrededor del mundo también. ¿Es esto una simple moda o algo que realmente vale la pena? La inteligencia emocional se convirtió en un término del que todos hablan. Se nos ha vendido la idea de que es un componente fundamental del éxito, pero ¿es eso cierto? Tesla, Van Gogh, Picasso y John Nash no la necesitaron para triunfar. ¿Es realmente útil? Los anteriormente nombrados, así como muchos otros genios, no se caracterizaron precisamente por sus niveles de empatía. Sin embargo triunfaron y pasarán a la historia por su legado. Un caso reciente es el de Elon Musk, Ceo de Tesla, un trabajador incansable, con poca o nula inteligencia emocional pero que ha construido una de las empresas más innovadoras del mundo. ¿Entonces, por qué se habla tanto de ella? Históricamente, los científicos han realizado diversos estudios en torno a la capacidad intelectual de las personas, abarcando casi de manera exclusiva aquella relacionada con la memoria y la capacidad cognitiva. Tratadistas recientes han elucubrado sobre la inteligencia emocional y su capacidad de influir en nuestras relaciones sociales, así como en las laborales. En ambas resulta ser un factor determinante. A nivel cerebral primero sentimos, y posteriormente razonamos. Primero nos duele la rodilla y luego descubrimos que nos hemos golpeado con una mesa. Así actuamos. El adecuado enfoque de las emociones ha dado origen a disciplinas como el coaching emocional, actualmente popular en las empresas, en las que se ha convertido en un instrumento obligatorio. Un ejemplo de ello nos lo da el anterior director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, quien fue el encargado de llevar a la cima a la empresa, en la que se practica coaching en distintas áreas, no sólo a nivel emocional. En declaraciones a la revista Fortune manifestó que en principio “le parecía ilógico que un coach lo asesorará pues él se consideraba la mejor persona que lo hacía en el mundo”. Luego de asegurarse que le ayudaría a mejorar su perspectiva personal y empresarial, permitió recibir este tipo de entrenamiento, posteriormente aplicándolo a su empresa lo cual promovió los resultados que todos conocemos. Le puede interesar: El caso del Parque el Japón Múltiples publicaciones han nominado a Google como la mejor empresa para trabajar en el mundo, como consecuencia entre otras del bienestar emocional de sus empleados. Esto le ha significado a la empresa un incremento en sus utilidades, pues aspectos tan simples de la cotidianidad, como la interacción armónica de sus integrantes, redundan de manera inmediata en éxito de la misma. Por esta razón, compañías de distintas latitudes del mundo invierten millones de dólares en la implementación de programas de coach. La conclusión Si bien es cierto para personas como Nikola Tesla, Einstein, Newton o Wagner no fue un factor determinante de éxito su inteligencia emocional, seguramente sus vidas hubieran sido mejores con ella. Las organizaciones y los individuos actualmente la demandan pues se ha comprobado que con ella funcionan mejor. Algunos tips De acuerdo con Daniel Goleman y Michel Nevarez, en un artículo publicado en la Harvard Business Review, podemos aplicar los siguientes tips a nuestra vida cotidiana. Para ello debemos hacernos las siguientes preguntas: 1. ¿Cuáles son las diferencias entre cómo se ve a usted mismo y cómo lo ven los demás? Lo primero que debe hacerse es tener una idea de cómo se ve a sí mismo, lo cual difiere de su reputación (la percepción que tienen los otros de usted). Por ejemplo, la mayoría de nosotros pensamos que somos buenos oyentes, cuando realmente no lo somos. Por eso es tan importante la verificación por parte de agentes externos. Los comentarios de otros pueden ser un indicador nuestro comportamiento real. Esto no determina que este sea bueno o sea malo, simplemente muestra una visión de cómo estamos desarrollando ciertas competencias: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones. A nivel empresarial esta evaluación puede hacerse a través de un coach, el cual le puede indicar como distintas actitudes pueden estar interfiriendo en sus actividades. El ejercicio radica en determinar cuáles actúan a favor y cuales en contra. Si no le es posible contratar un coach, puede hacer este análisis con un colega de trabajo, que esté dispuesto acompañarlo durante este proceso, en el que la retroalimentación y el crecimiento sean mutuos. 2. ¿Qué realmente le importa? Le sugerimos: La conclusión más importante del Foro Económico Mundial Una vez reciba el resultado de la evaluación por parte del coach, analice en lo que puede mejorar. Pero sobre todo enfóquese en sus propios objetivos, en lo que a usted realmente le interesa. La automotivación es fundamental para alcanzar objetivos o cambiar hábitos, esto va más allá de lo que otros puedan simplemente aconsejarle. Hágase por ejemplo las siguientes preguntas: ¿desea aumentar su capacidad de liderazgo?, ¿quiere ser un mejor miembro del equipo?, ¿desea mejorarse en la gestión de sí mismo?, ¿quiere mejorar su influencia positiva al interior de su equipo de trabajo? Asimismo, puede indagarse a nivel personal: ¿tengo una buena relación con mi familia?, ¿estoy aportando de manera positiva a mis relaciones familiares? Comprender el impacto de nuestros hábitos actuales de Inteligencia Emocional con relación a sus objetivos le ayudarán a mantener una perspectiva del cambio. Frente a una observación de cualquier tipo, no lo tome como un ataque, sino como una oportunidad de cambiar de manera positiva su vida. 3. ¿Qué cambios hará para lograr estos objetivos? Una vez determine en qué habilidades de Inteligencia Emocional quiere centrarse, haga un plan para reformar sus hábitos. Por ejemplo, si quiere convertirse en un mejor oyente, cuando esté hablando con alguien haga una pausa, escuche con cuidado y verifique que comprende antes de responder. Practique de manera incansable hasta que le salga con naturalidad. En toda esta labor es importante el acompañamiento de un coaching. En todo caso, si no puede inténtelo usted mismo con su entorno. Ya es un primer y muy importante paso. Estos tres pasos son sencillos, puede aplicarlos de manera constante y con ello desterrar del todo aquellos hábitos que deben quedar en el archivador de su empresa y de su vida. Así esta, la de sus compañeros de trabajo, colaboradores, novios/as, esposos/as, hijos/as, etc, será mejor. Lea también: Los atentados terroristas podrían evitarse gracias a las finanzas del clima