Ahora, el equipo sale y ya no hay algarabía desde las gradas, ni el himno suena con miles de espectadores siguiéndolo al unísono. Ahora, son muchos los hinchas que alientan a distancia, manteniendo viva su pasión por el fútbol, pero desde sus casas.
No obstante, son numerosos también los clubes deportivos que afirman que la ausencia de sus hinchas afectó su rendimiento. Aunque son bastantes las alternativas que se les han dado a los espectadores para seguir cada uno de los partidos, los efectos que tiene el vacío de la tribuna se reflejan en el desempeño de los equipos.
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A finales del año pasado, varias agrupaciones, como el Manchester City, reflejaron en algunos de sus comunicados con la prensa la urgencia de contar con los hinchas en los encuentros, de una manera segura. Con estadios de cuantiosa capacidad, se podría considerar albergar un porcentaje prudente del aforo para respetar las medidas de distanciamiento social y dejar de escuchar el eco de los jugadores, así como mejorar su rendimiento. ¿Será cierto?
De hecho, esta dejó de ser una percepción meramente empírica. Los resultados del estudio Animal Spirits in the Beautiful Game. Testing social pressure in professional football during the COVID-19 lockdown, de Carlos Cueva, un profesor de Economía de la Universidad de Alicante que analizó 41 ligas profesionales de 30 países, le permiten afirmar al autor que antes de la pandemia los equipos locales ganaban el 47% de las veces, los visitantes el 28% y se empataba en el 25% de los encuentros deportivos. En tanto, al jugar “a puerta cerrada”, sin espectadores, los locales ganaron el 40%, los visitantes el 32% y se empataba en un 28% de las ocasiones.
Este tipo de caídas en el rendimiento evidenciadas en los equipos locales se debe, entre otros, a que desaparece la presión que la multitud ejerce sobre los árbitros. Este fue un estudio que finalmente pudo obtener algunas cifras limpias con el aislamiento de los espectadores en los encuentros deportivos de fútbol.
No obstante, si bien la falta de presión por parte de los hinchas tiene sus efectos en los jugadores, también hay una afectación en el comportamiento normal del arbitraje, cuando los jueces no tienen miles de personas apoyando o rechazando sus decisiones en los encuentros deportivos.
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De hecho, hace 20 años, la Universidad de Chicago tuvo un primer acercamiento con el estudio Favoritismo bajo presión social, que demostraba que los árbitros favorecían a los equipos locales acortando la duración de los partidos de resultado ajustado cuando el local iba ganando, o alargando la duración de los partidos de resultado ajustado cuando el local iba perdiendo.
Todo ello bajo el sesgo de satisfacer al público. Un sesgo del comportamiento que pudo evidenciarse más fácilmente durante el confinamiento por el coronavirus. Así, uno de los efectos más claros de la ausencia del público en los estadios está en el árbitro.
Según los resultados del estudio, el árbitro se vuelve neutral. Mientras que señalaban de manera consistente más infracciones contra los equipos visitantes que contra los locales en épocas previas al confinamiento, esta diferencia desaparece totalmente después.
Con el confinamiento, las pérdidas económicas del espectáculo se suman a la baja en taquillas por la imposibilidad de ingresar a los estadios. Se ha estimado que las pérdidas en el fútbol serán superiores a los 30.000 millones de dólares, una cifra difícil de clarificar y de superar como impacto de la pandemia en el desarrollo de encuentros deportivos en más de 150 federaciones asociadas a la FIFA.
Por ello, muchos han recurrido a la contratación de plataformas digitales o canales prémium para seguir los espectáculos en vivo, con ejemplos desafortunados o poco impactantes, como el del caso colombiano. Adicionalmente, hay muchos patrocinadores, como Adidas, que han sufrido una disminución en sus ganancias de hasta el 80%.
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Las pérdidas millonarias se deben a los cambios de calendarios, los juegos a puerta cerrada y las pérdidas de derechos televisados; tan solo hay que ver los ingresos por taquillas de estadios y derechos de transmisión que cubren una gran parte de la economía del fútbol en las 211 asociaciones miembros de la FIFA, incluyendo la formación de futbolistas y las categorías inferiores.
A pesar del impacto negativo que tiene la venta de boletería, se ha intentado mantener el estímulo monetario de los clubes a través de los derechos de televisión. E integrar a los hinchas en este proceso no está de lado. Muchos han tenido la oportunidad de aparecer en transmisiones del canal oficial del fútbol, como una manera de mantener activos a los aficionados en estas épocas de confinamiento.
Los clubes de fútbol de élite de Europa afrontarán pérdidas de ingresos que superarán, en su conjunto, más de 5.000 millones de euros al final de la temporada 2020/21. Sin embargo, un nuevo análisis realizado por PricewaterhouseCoopers (PwC) muestra que la realidad va mucho más allá de las previsiones. Estima que los clubes podían perder al menos 6.000 millones de euros en beneficios netos.
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