Esta columna está dedicada a todos aquellos que prefieren salir del statu quo, a los creativos, quienes llevan al borde sus ideas porque saben que no encajan en el sistema. Aquellos quienes se cuestionan permanentemente y como las serpientes cambian de piel haciendo una apología a morir para volver a nacer. Son personas que han emprendido una búsqueda de aventura en la que muchas veces las que creían ser su complemento para seguir su sueño les han dicho ‘no soy la indicada’. Son aquellos que han optado por la soledad para no apagar la llama que los impulsa a definir qué tiene sentido en realidad. En ese camino han creado una verdadera tribu capaz de hacer el cambio que las sociedades necesitan. Este mensaje está dirigido a quienes la vida los ha llevado a elegir estar all in en sus convicciones, alejándose del confort de la diversificación. Aquellos que saben que los retornos de sus fondos de pensiones serán insuficientes cuando llegue su retiro. Le puede interesar: El dólar fuerte llegó para quedarse Ustedes, los insatisfechos, son capaces de ver el mundo a través de unos lentes 80:20. Se trata de los lentes que nos dicen que el 80% de nuestra vida es definido por el 20% de nuestras acciones; son lentes que nos muestran que el 80% de la población vive en el 20% de ciudades del mundo. Las personas que ven el mundo a través del 80:20 saben que el 80% de los problemas de software son causados por un 20% de bugs, que el 80% de las ventas vienen del 20% de los clientes, y por supuesto, que el 80% de la riqueza estará del todo en manos del 20% de la población. Lo interesante es que nuestra vida financiera se rige bajo un paradigma que se aleja de la acumulación. Me refiero a la diversificación, gracias a ella nos sentimos más tranquilos y resilientes ante la incertidumbre, pues como reza el dicho: ‘no pongas todos los huevos en la misma canasta’. Actualmente, miles de productos dan acceso a inversiones diversas en toda clase de activos (bonos, acciones alternativas), geografías (China, mercados emergentes y EE.UU.) e industrias (farmacéutica, tecnológica y química). Los fondos pasivos hicieron de la diversificación un concepto totalmente accesible, y a través de nuestros fondos de pensiones han democratizado -parcialmente- el acceso a los productos financieros. Le sugerimos: Netflix pierde la guerra en su propia pantalla Sí, la diversificación es muy útil a la hora de preservar riqueza, pero no para generarla. Para respaldar mi argumento haré un experimento muy sencillo: invertiré US$ 1000 en 3 portafolios diferentes. Uno se corresponde con un perfil de riesgo conservador, que tiene un 60% en bonos internacionales y 40% en acciones. El segundo portafolio es para un inversionista que quiere tomar más riesgo y pone el 40% en bonos y el 60% en acciones. El tercer portafolio consiste en un 80% en efectivo y 20% bitcoin (BTC). Estas tres apuestas nos arrojarían los siguientes resultados: La inversión de US$1000 para cada uno de los portafolios en un periodo de 26 años nos deja las siguientes cifras: -En el conservador (60:40) un equivalente a US$2.600. -En el portafolio de mayor riesgo (40:60) la cifra sería de US$3.700. Sin embargo, en el portafolio mixto de efectivo y Bitcoin (80:20) la ganancia en la inversión sería equivalente de al menos 1.5 veces la apuesta del portafolio de mayor riesgo dependiendo de la frecuencia de rebalanceo. Ahora analicemos las máximas caídas de los 3 portafolios.
Fuente: Yahoo Finance. Calculos: Macrowise El portafolio conservador (60:40) tuvo su peor desempeño tras crisis ‘dot com’ y en el 2008 tuvo caídas del 20% y 25%, respectivamente. Mientras tanto, el portafolio de riesgo (40:60) tuvo caídas del 30% y el 40%. No obstante, el portafolio de efectivo y bitcóin (80:20) tuvo sus máximas caídas en 2011, 2014 y 2017, las cuales fueron del orden de 19%. Vea también: Así secuestró Facebook a la democracia Podemos concluir que el bitcóin, y en general los activos digitales son una gran oportunidad, por eso mismo se han registrado fraudes, pirámides y sistemas multinivel más enfocados en la adquisición de usuarios, que en la generación de retorno y administración de riesgo. Los lentes 80:20 les permitirían a los insatisfechos tomar ventaja en la próxima revolución de activos digitales, en la que habrá que saber elegir muy bien. En un mundo lleno de miles de aparentes grandes opciones, tomar la mejor decisión se torna abrumador. Sin embargo, quienes usan los lentes 80:20 entenderán que existen pocas opciones reales. Saber elegir se convierte en una obligación necesaria, que en las palabras del filósofo Isaiah Berlin nos divide en dos: un zorro que conoce muchas formas de escapar de los cazadores, y un erizo que conoce una y muy efectiva opción para salvar su vida.