El imaginario sobre el modelo de atención en salud es confuso: alerta naranja en las instituciones de Bogotá, UCIs aún disponibles en gran parte el país, mensajes del Gobierno nacional dando tranquilidad sobre la bioseguridad en hospitales, médicos perseguidos, sectores promoviendo la telemedicina, médicos reclamando mejores condiciones laborales y de bioseguridad, y lineamientos del Gobierno para volver a la “normalidad”.  Lea también: ¿Y nuestra agenda internacional? En este escenario el Ministerio de Salud parece decidido a promover que la gente vuelva a visitar los centros de salud para diagnosticar enfermedades, continuar tratamientos o procedimientos suspendidos por la pandemia o iniciar terapias que tampoco arrancaron oportunamente. No hay información certera, pero el impacto de la covid-19 sobre lo no-covid podría ser de dimensiones colosales, particularmente en relación con las enfermedades crónicas que aquejan a los colombianos. Muchos tumores han evolucionado durante la cuarentena, muchos hipertensos se alejaron de sus regímenes de tratamiento, muchos cuadros hepáticos han avanzado sin control y muchos niños y adultos mayores dejaron de vacunarse. ¡Muy preocupante! Los técnicos del Ministerio parecieran ir en la línea de cambiar la estrategia de vigilar el comportamiento del coronavirus por ciudades o regiones, a observarlo según los brotes poblacionales que genere. Es como hacer “zoom in” donde esté el virus para intervenir el grupo de personas donde se encuentre, lo cual es de vital importancia para identificar los centros y servicios hospitalarios que podrían estar afectados por el brote, y así determinar los modelos de atención más apropiados según el grupo poblacional afectado. Lo que descubra el Gobierno en esta materia es fundamental porque la pandemia cambió la mentalidad sobre los servicios de salud. El imaginario público sobre las unidades de urgencias de los centros de salud es otro hoy. Anteriormente eran la opción para la atención rápida y eficaz ante las citas a 2 o 3 meses que daban las EPS para consultas externas. Y ahora las urgencias son el coco del sistema por el miedo al contagio, pero las consultas externas tampoco están siendo solicitadas por lo que la gente terminará visitando al coco, de no cuidarse. Ingresar a la Ocde en plena covid-19 A esto se suma el poderoso “Quédate en casa”, que resultó siendo un mensaje muy efectivo, que requiere con urgencia ser sustituido por un “Visita tu centro de salud” que permita recuperar la confianza perdida de los ciudadanos en los servicios de salud. Pero recuperar la confianza, como todo en la vida, es un paso a paso. El Ministerio de Salud tomó la delantera al emitir hace un mes los lineamientos para la restauración gradual de los servicios de salud en medio de la pandemia. Se habilitaron las consultas externas y prioritarias, la atención odontológica prioritaria, las imágenes diagnósticas, la toma de muestras de laboratorio clínico, los procedimientos quirúrgicos aplazados y la hospitalización por procedimientos vitales, entre otros. Pero esos lineamientos no generan del todo la seguridad y la confianza que necesitan los pacientes, los cuidadores y el talento humano en salud para procedimientos y tratamientos de alta especialización como una radioterapia oncológica, por ejemplo. Procedimientos así de específicos y sensibles requieren del concurso de las sociedades médicas y de expertos por especialidad para formular, bajo el liderazgo del Gobierno, protocolos técnicos que terminen de dar la confianza que falta. Y las organizaciones de pacientes deberían participar para que estos protocolos estén listos muy pronto. Los aseguradores (EPS) y los prestadores (IPS) tienen un gran papel por jugar porque, desde lo operativo, son los que deben inducir la demanda. Además de adaptar la infraestructura, proveer la bioseguridad y capacitar al personal, deben diseñar programas y estrategias para contactar y acercar los pacientes a realizarse los exámenes de laboratorio, los procedimientos y los tratamientos que requieren presencia del paciente en el consultorio o en el centro de salud. La actitud de los médicos debe adaptarse en este sentido: buscar al paciente, alertarlo sobre la evolución de su enfermedad, sacarlo de la casa con los cuidados necesarios frente al virus. ¡Los médicos deben entender que su responsabilidad en la gestión del riesgo del paciente es mayor ahora!Nuestro sistema de salud está financieramente asfixiado y entrará en agonía si los pacientes no son diagnosticados o no tratan a tiempo sus condiciones de salud. El Gobierno está trabajando en las normas para terminar de reactivar los servicios, los médicos están de regreso en los consultorios y hospitales, las normas del orden público permiten que todos salgamos por motivos de salud, los insumos para tratar enfermedades no escasean como en otros países y cada vez están todos los actores del sistema más conscientes sobre la importancia de la bioseguridad. Falta afinar protocolos técnicos de servicios especializados para lo cual industria, gremios médicos y pacientes deberían acompañar al Ministerio de Salud. Y todo el Gobierno Nacional debe comunicar masivamente que los centros de salud nos están esperando. ¡Es hora de volver!