Esta mañana vi una larga fila de gente en un sitio donde nunca había visto una… No le di importancia y seguí mi camino… Más adelante vi otra… Y luego… ¡otra! Me causó curiosidad, pero lo pasé por alto. Al mediodía, cuando salí a almorzar, vi un par de filas más y se reavivó mi curiosidad, pero tampoco pregunté. Seguí mi camino. Al salir de la oficina, ya por la tarde, el hecho se presentó de nuevo… Gente por toda la ciudad, en distintos sitios, haciendo fila… Y, por supuesto, mi curiosidad aumentada me obligó a investigar qué pasaba; y así, en la siguiente cola que vi, me detuve para preguntar. Entonces me enteré de que aquello que estaba generando tanta atención en la población bogotana era… ¡EL BALOTO! ¿Cómo es posible que una ilusión de probabilidades tan ínfimas genere tanta expectativa y esperanza en el corazón de la gente? El pensamiento rondó mi cabeza hasta que llegué a la casa y, un tanto intrigado por el suceso, empecé a reflexionar al respecto… Periodistas en la calle entrevistaban a la gente y preguntaban lo que harían con la plata cuando ganaran y, cosa sorprendente, la gente respondía con convicción y en serio; más de uno hablaba con certeza y decía “Cuando me gane el Baloto haré X y Y”… Por cierto, las dos respuestas más comunes: “pagar deudas” y “viajar”. La gente se deseaba suerte, se persignaba, imploraba a deidades y tenía (al parecer) verdadera esperanza… “Aaaay, si yo me ganara el Baloto…”. Los colombianos han gastado 247.500 millones de pesos comprando el Baloto… y el premio es de 100.000 millones. Saquen cuentas… Es increíble ver muchedumbres comprando billetes… “Invirtiendo” 5.500 pesos (si solo compran uno) y echándolos en un saco roto; depositando sus esperanzas en sueños vacíos y apostando a desilusionarse cuando no ganen el premio. El bienestar económico proviene de aprender a administrar los ingresos, de trazarse objetivos en la vida, luchar por ellos y alcanzarlos. En eso puedes depositar tus esperanzas. No esperes a que te caigan las cosas del cielo… El baile de la lluvia raras veces funciona, y las pocas veces que lo hace no cae lluvia sino granizo. Ganarse la lotería no es la gran cosa. ¿Qué vas a hacer con 100.000 millones de pesos? ¿Crees que todo va a ser color de rosa? ¿Que con tener 100.000 millones de pesos comprarás la felicidad? ¿Que tus amigos van a ser más amigos? Las estadísticas demuestran que es todo lo contrario… Como me comentaba un participante en un taller de educación financiera: lamentablemente la mayoría de los colombianos tenemos paradigmas muy arraigados en cuanto al dinero; estamos acostumbrados a rezar por obtener dinero gratuito: recibir una herencia…, o ganarnos la lotería. Tienes que luchar para salir de ese erróneo pensamiento colectivo. Si te esfuerzas y sacrificas, siguiendo un plan financiero adecuado podrás salir de deudas, podrás viajar… Y, ¿no era eso lo que ibas a hacer si te ganabas el Baloto?Y, antes de que empieces a decir que es difícil y que no puedes… ¿dónde crees que las posibilidades son mejores? ¿Prendiendo velitas para que pegues el premio o tomando las riendas de tu vida y asumiendo la verdad de que todo depende de ti?. Por cierto, el ganador de los últimos 75.000 millones de pesos casi no los cobra; dijo que acababa de ganarse 75.000 millones de problemas. En 2010 los ganadores dejaron de cobrar dos premios gordos, uno por 7.500 millones de pesos y otro por 10.000 millones… ¿Muy inteligentes? ¿Muy bobos?. No lo sé. Habría que preguntarles. Yo, probablemente, al igual que la inmensa mayoría, los cobraría… Pero como nunca he comprado ni compraré un billete de lotería, esa disyuntiva quedará en el aire.