He dedicado muchos años de mi vida tratando de descifrar los hechos que rodearon el secuestro y asesinato de los diputados del Valle del Cauca. Años averiguando quiénes entregaron a las FARC los planos de la Asamblea, los movimientos y agendas de los diputados, quienes colaboraron en la planeación milimétrica de ese secuestro ejecutado con tanta precisión, tratando de entender por qué los asesinaron, siendo ellos uno de los trofeos más preciados de su guerra.
Por fin podré obtener respuestas a tantos interrogantes. Las FARC tendrán que revelarnos la verdad exhaustiva, detallada y plena para que puedan acceder al tratamiento especial previsto en el componente de Justicia del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, según lo establecido en el punto 5 sobre víctimas del acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.En la búsqueda de esa verdad, regresé a La Habana con mis antiguos compañeros de sufrimiento para encarar a las FARC. Duele y duele mucho, pero no nos acobardamos, fueron ellos quienes debieron sentir temor, les tocó contar la verdad frente a las miradas expectantes de madres, viudas, huérfanos y hermanos de los diputados secuestrados y asesinados por ellos.
La reunión duró poco más de cinco horas y lo que iba a ser un espacio destinado a las FARC, lo convertimos en nuestro momento añorado por 14 años para decirles de frente todo el repudio que despertaron en nuestro corazón. Carolina Charry, Diego Quintero, Fabiola Perdomo, John Jairo Hoyos, Diana Echeverry, Sebastian Arismendi, Efraín Hoyos, Patricia Nieto y yo, hablamos de manera contundente. Después de esta catarsis nos sentimos libres de nuevo.Iván Márquez, Pablo Catatumbo, Joaquín Gómez, Victoria Sanguino y Rodrigo Granda, no tuvieron más opción que escuchar con resignación nuestras desgarradoras historias e interminables reclamos para finalmente reconocer “con humildad la responsabilidad frente al asesinato de los diputados, el episodio más vergonzoso de las FARC, que nunca debió haber ocurrido”. Jamás imaginamos nosotros, ni mucho menos ellos, posible una escena como esa. El reconocimiento de responsabilidades por parte de las FARC está establecido en el Acuerdo Final, como parte de la reparación a las víctimas. Pero, aún les queda pendiente narrar toda la verdad de los hechos y pedir perdón públicamente, no sólo a los familiares de los diputados, sino a la sociedad vallecaucana y a toda Colombia, que se solidarizó con nuestro sufrimiento.
La Jurisdicción Especial para la Paz, otro de los componentes del Sistema, que muchos subestiman por considerarla blanda y poco rigurosa, es en mi opinión, una de las más severas, en razón de que gira en torno a la verdad. ¿Saben lo humillante que resultó para las FARC confesar la verdad, a los hoy jóvenes, que siendo niños, dejaron sin padres; a los padres que, contra natura, enterraron a sus hijos; a las viudas, que quedaron solas, enfrentadas a la vida?El valor de la verdad es algo que en nuestros tiempos se ha ido perdiendo pues nos hemos acostumbrando a interpretar mentiras, especulaciones, verdades a medias. No obstante, para las víctimas, el esclarecimiento de la verdad es fundamental en el proceso de reparación. Es por esto que en medio de la reunión Sebastián, de 18 años, exclama “estoy contento porque siento que por fin hoy se hace justicia”.La Jurisdicción Especial para la Paz se encargará de investigar, juzgar y sancionar a los miembros de las FARC que cuenten la verdad plena sobre los hechos que rodearon los delitos de lesa humanidad cometidos contra los diputados, reparen materialmente los daños ocasionados y se comprometan con la no repetición. Si no lo hacen pasarán a la justicia ordinaria en la que pagarán condenas de 15 a 20 años de cárcel.El sufrimiento y muerte de los diputados, su capacidad de perdón y permanente anhelo de paz, son motivos suficientes para honrar su memoria, evitando así su olvido. Por eso acordamos con el Gobierno Nacional y las FARC los siguientes puntos:1. En el mes de octubre las FARC deberán realizar en el Valle del Cauca, un acto público de perdón por el asesinato de los diputados.2. En dicho acto, las FARC deberán expresar toda la verdad en relación con la situación del ex diputado Sigifredo López, como una medida para reivindicar su buen nombre.3. Las FARC deberán procurar la entrega de los objetos personales de los diputados (escritos, artesanías y otras pertenencias).4. Las FARC deberán relatar de manera exhaustiva y pormenorizada la verdad sobre los hechos relacionados con el secuestro, cinco años y medio de cautiverio y el asesinato de los diputados.5. El Gobierno Nacional deberá declarar “Héroes de la Paz” a los diputados del Valle del Cauca secuestrados por las FARC y construir de un monumento en su honor. Esperamos de esta manera que el Estado Colombiano y las FARC cumplan con el compromiso de dignificar la memoria de los diputados del Valle del Cauca, se haga justicia y se sienten las bases para que hechos como estos nunca más se repitan en Colombia.