El momento en que se decida terminar con la cuarentena y volver a la ‘normalidad’ para las empresas no será sencillo convocar a sus trabajadores a sus puestos de trabajo. Es más, es muy probable que aquellas que lograron pasar la crisis usando el teletrabajo continúen con esa modalidad que, pese a sus ventajas en tiempos de desplazamiento, tiene un impacto sobre el capital humano de las compañías, el cual se desarrolla en gran parte con la interacción de personas que se ven y comparten ideas. El regreso implicará operar con turnos para que haya la menor cantidad de personas posibles en un mismo espacio, al tiempo que se deberá crear nuevos protocolos de higiene, que garanticen la salud de los empleados.

Así mismo los viajes seguirán limitados por un buen tiempo y, de cara a los clientes, también será necesario ofrecer condiciones de distanciamiento social y de higiene. Por ejemplo, los restaurantes deberán garantizar la separación de sus comensales, así como elevadas prácticas de limpieza y desinfección de sus productos. Jorge Hernán Cárdenas, director de la consultora Oportunidad Estratégica, recomienda diversificar la cadena de suministros y revisar los contratos de seguros para saber hasta dónde llegan las coberturas y tener claro si aplica la fuerza mayor,“será necesario revisar el modelo de negocio en función de las nuevas reglas”, asegura y dice que esta es una oportunidad para identificar nuevas líneas de negocio, ojalá de la mano de alternativas digitales, que cada vez serán más preponderantes. La supervivencia de las empresas a la pandemia dependerá del sector económico al que pertenezcan, la salud de sus balances y la facilidad con la que pueden acceder a los alivios del gobierno y de la banca.

Un webinar sobre el impacto del coronavirus en las empresas colombianas realizado por Fitch Ratings clasificó a las firmas en tres grupos dependiendo de su nivel de riesgo. En el primero están las más afectadas (petroleras, hoteles, aerolíneas y comercios distintos a alimentos). En el segundo están las manufacturas y las compañías comerciales, con un riesgo medio y en el tercero, las que tienen un impacto moderado como las de alimentos (que venden más a los hogares, pero mucho menos al sector institucional), servicios públicos (que no han parado de operar, pero bajo las nuevas normas no pueden suspender por falta de pago), finca raíz (que tiene el mismo problema de los servicios públicos) y salud.