Durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá los espacios como lanzamientos de libros, conversatorios y talleres son el ecosistema ideal para que autores, libreros, editoriales y lectores puedan converger. En el año 2019 la asistencia llegó a más 600.000 espectadores. Este año, la cuarentena por el coronavirus obligó a replantear este evento que se transformó rápidamente a un formato virtual. De acuerdo con Enrique González, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, este año estaban preparados para vender cerca de $27.000 millones en ventas al detal en la Feria. Las medidas de aislamiento social hizo que esas ventas, más las de marzo y abril disminuyeran drásticamente. Esto puede significar perder cerca del 25% de las ventas del año, pues la Filbo es el momento del año en el que más se vende. En el 2019 se vendieron 900.000 libros durante este gran evento.
Sandra Pulido, directora de la Feria explica que si bien esto significa que los ingresos van a disminuir mucho, también es una oportunidad de llegar a más público. Un homenaje al libro Por cuenta de coronavirus, este año la feria que estaba programada se vio afectada que casi acaba de golpe este importante capítulo. Sin embargo, los organizadores se pusieron en la tarea de abrir este espacio desde una feria virtual en la que se llevarán a cabo una serie de eventos que serán transmitidos por redes sociales y otras plataformas. Esta se llevará a cabo en las fechas inicialmente preparadas: del 21 de abril al 5 de mayo. Cada día habrá 4 eventos programdos que pueden consultarse a través de la página feriadellibro.com. La agenda de la Filbo había iniciado con los clubes de lectura, a estos se suman una serie de foros y eventos que suman unos 100 organizados directamente por la feria y otros más de 100 organizados por los expositores.
Esta cita anual durante el mes de abril es un “homenaje al libro”, afirma Pulido. Por esto, el proceso de reinvención para llenar este vacío digital fue tan urgente. “Ya habíamos pensado hacer un evento digital con un invitado que no pudiera venir. Sin embargo, creímos que no estábamos preparados. Pero esto nos botó a la piscina, y cuando uno está en el agua hay que nadar”, afirma Sandra Pulido.. “De esta salimos juntos”, afirma Pulido, “es como cuando en un partido de Colombia que todos vamos en la misma dirección”. Esta contingencia ha planteado un escenario en el que el trabajo colaborativo es la mejor forma de campear esta tormenta. Tanto autores, como editores, diseñadores, libreros y lectores, están el mismo barco.