Colombia es el país de América Latina con la cobertura más alta en salud, superando el 95% de su población. Sin embargo, el 70% de los afiliados está insatisfecho con el servicio según una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La razón, según el profesor de la Universidad Internacional de la Florida en Miami Alejandro Arrieta, es que en países con avances en el sistema de Salud como el de Colombia, los pacientes asumen el acceso a servicios en esta área como un derecho, así que se vuelven más exigentes. El problema, aseguró Arrieta, es que aunque están asegurados, el acceso al sistema de salud es difícil. De acuerdo con la encuesta del BID, el 30% de los asegurados pueden realmente acceder a la atención primaria del sistema, lo que se refleja en una mayor concurrencia en el servicio de urgencias. Por esta razón, el nuevo gobierno ha propuesto crear incentivos diferentes para que las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) mejoren la atención a sus afiliados si quieren mantenerse dentro del sistema. Recomendado: Sector salud: ¿una década perdida? El ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, ha señalado que la discusión sobre el sistema y sus problemas se trata no solo de los recursos faltantes, sino también de su calidad. En ese sentido, el gobierno de Iván Duque trabaja en una solución financiera para el sistema de salud, que le permita en el mediano plazo ocuparse también de la calidad del mismo. Para Arrieta, la reforma al sistema de salud en Colombia es crítica pues sus deudas afectan la prestación del servicio, ya que las EPS terminan creando tensiones innecesarias entre los pacientes y los médicos o instituciones prestadoras del servicio, un tema recurrente también en otros países. El ministro Uribe ha señalado que se necesita un marco normativo y una política pública a largo plazo para el buen funcionamiento del sistema, discusión que por el momento ha sido opacada por la coyuntura de la salud en el país. El presidente Iván Duque ha sido insistente en señalar que se daría incentivos a las EPS que centren su atención en el paciente y no en los recursos que recibe por parte del Gobierno, algo que podría medirse por satisfacción de los usuarios o indicadores como la cobertura en vacunación y planes de promoción y prevención de enfermedades. Lea también: Las deudas que tiene Medimás con los laboratorios farmacéuticos El profesor Arrieta agregó que el enfoque de la nueva política, que no debe basarse en una sola medida, debe ser cómo generar un acceso real a la atención primaria en salud, “con transparencia sobre los eventos adversos que se presenten, de modo que estos ayuden a aprender la lección y mejorar el servicio”. Otro avance que debe tener el país es incentivar la acreditación de las EPS, que por ahora es voluntario, mientras que en países como Estados Unidos, México y Chile es obligatorio por lo menos para aquellas que atienden afiliados al régimen subsidiado. Por todo esto, Colombia fue elegida este año como sede de la Healthcare Advance Conference 2018 (HAC2018, por sus siglas en inglés), que se llevará a cabo esta semana en Cali y es organizada por la Universidad Internacional de la Florida (FIU), la International Society for Quality in Healthcare (ISQua), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Centro Médico Imbanaco. Puede interesarle: ¿Las IPS están viviendo un boom de inversión?