A todos los asistentes se les tomará la temperatura, deberán estar sentados con distanciamiento físico de 2 metros y las sillas estarán ubicadas en zigzag. Además, al ingresar a la iglesia deberán desinfectarse las manos y suelas de los zapatos con alcohol glicerinado. El uso del tapabocas será obligatorio para todos los asistentes y el ingreso de niños, niñas y adolescentes estará prohibido. También se establece dentro del protocolo que el sector religioso deberá garantizar la aireación natural o ventilación de los lugares de culto, manteniendo puertas y ventanas abiertas y por ninguna razón se debe compartir papelería o documentos de mano a mano. Lea también: Superfinanciera autoriza la fusión de Bancóldex con Arco Las personas con síntomas de gripa no podrán asistir a los cultos. “Un aspecto importante es no saludar de manos, besos ni abrazos, y si presenta comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, VIH, obesidad, desnutrición o es mayor de 60 años, debe abstenerse de ir”, indicó la directora (e) de Promoción y Prevención, Claudia Cuellar. Se llevará a cabo un plan piloto durante 15 días con un aforo máximo de 50 personas, siempre y cuando se cumplan los 2 metros de distanciamiento. “Culminado dicho piloto, se realizará otro, también con duración de 15 días, en donde se permitirá aforo al 35% con la distancia social de 2 metros entre personas sentadas y cumpliendo todas la medidas dispuestas”, explicó Cuellar. Lea también: El 65% de empleadas colombianas podría perder su empleo por la covid A la fecha, 150 municipios han solicitado al Ministerio del Interior la autorización para la reapertura. El protocolo recomienda efectuar una inscripción previa para las asistencias a la congregación, ya sea por teléfono o correo electrónico, para evitar aglomeraciones, como también llevar registro de las personas que ingresan y realizar las celebraciones litúrgicas de máximo una hora. Por último, al finalizar el acto religioso, la logística debe garantizar que no se rompa el distanciamiento físico de 2 metros entre personas, que no se lleve a cabo ninguna actividad que implique manipulación de alimentos y garantizar el uso de baños públicos dentro de las instalaciones del culto, asegurando agua, jabón y toallas desechables.