El cine fundado hace 6 años por Salomón Sihmon cerró repentinamente por cuenta de la cuarentena. Desde entonces los esfuerzos han sido ingentes para sobrevivir con toda su nómina que es de 25 empleados. El 14 de marzo, el cine cerró. Días después emitieron un comunicado pidiendo a las personas ideas para sobrevivir con las puertas cerradas. En el primer día, tuvieron más de 1.000 ideas. Salón Sihmón explica que de las 5.000 que obtuvieron salieron 5 curas para conformar “un botiquín de primeros auxilios”. 3 de estas curas ya están funcionando.

El botiquín Estas ayudas han garantizado que los empleados puedan seguir trabajando, aunque a un ritmo mucho menor del anterior, que según Sihmon está por el 25% del habitual. El apoyo que han recibido del sector cinematográfico y de su público ha permitido que puedan funcionar. La primera cura fue posible gracias a que directores y productores donaran películas por algún tiempo. Estas películas está disponibles en la plataforma https://bit.ly/MowiesCineTonala  donde las personas pueden alquilarlas y verlas. Esta estrategia fue llamada “peli-cilina” e incluye un catálogo de cerca de 15 películas colombianas en su mayoría. Casi 1.000 personas han adquirido este servicio. La segunda cura se llama bowls y combos de película. Se trata de hacer domicilios de la oferta gastronómica que tenían disponible en el cine. Esto permite que 9 o 10 personas puedan trabajar a diario. Los domicilios se pueden hacer por redes sociales o por Rappi donde tienen el restaurante.

La tercera cura es un crowdfunding en Vaki donde se pueden adquirir bonos que se podrán redimir una vez pase esta contingencia.  La cuarta cura, que aún no está al aire, son fiestas con artistas, en la plataforma Zoom, donde se podrá conversar e interactuar directamente con ellos. La quinta, explica Sihmon, es la última que saldrá al aire y es la medida de emergencia. Se llama “Salvemos todas las historias” y aún no ha sido anunciado oficialmente cómo funcionará. De acuerdo con Salomón Sihmon, Cine Tonalá estaba en su mejor momento, pues habían logrado estabilidad financiera y habían formado una base de público, tanto amantes del cine como personas ajenas a este. Esta circunstancia los dejó en una situación muy delicada y pese a sus esfuerzos para sobrevivir, Salomón no ve con muy buenos ojos mantenerse con este ritmo más de un mes y medio adicional al que ya llevan. 

Con sus empleados han logrado acuerdos de pago, pero no será suficiente, pues el arrendador no ha querido negociar el pago del lugar, los servicios público llegan con normalidad, y sus ingresos no podrán sostener todos los costos. Además no han podido acceder a ninguna ayuda, ni préstamo lo que dificulta aún más su sostenimiento. El caso de Cine Tonalá es un reflejo de la difícil situación en la que están las empresas del sector cultural que quieren ver el apoyo a la economía naranja.