Siete ciudades cuentan con sistemas de transporte masivo que articulan la oferta pública de movilidad. Es el caso de Transmilenio, Transcaribe, el Mio, entre otros, que prestan sus servicios en Bogotá, Cali, Pereira, Barranquilla, Medellín, Bucaramanga y Cartagena. Estos sistemas están en el centro de la estrategia para combatir el coronavirus, pues pueden convertirse en vectores de transmisión masiva. Por eso, una de las primeras medidas además de la cuarentena obligatoria fue limitar la capacidad de uso de los sistemas hasta un máximo de 35% con el objetivo de impedir la propagación del virus en el transporte público. De cara a la reactivación, el tema de los transportes masivos sigue siendo clave y genera enorme incertidumbre: ¿hasta qué capacidad es posible dejar operar los buses sin que signifique una amenaza para la salud pública? o, si se mira desde una perspectiva financiera ¿qué costo están dispuestas a asumir las ciudades si permiten que sus sistemas masivos operen a la mitad o menos de su capacidad? Lea también: Transmilenio completó flota de transporte a gas natural El hueco estructural de los transportes masivos se vio agravado este año por la pandemia. Según estimaciones preliminares del Gobierno y las ciudades, solo por la menor operación de los sistemas durante el confinamiento que sigue vigente, se abrió un déficit de $1,9 billones. El faltante más grande es para el sistema de Bogotá, que si todo sigue como va, podría dejar de recibir $1,1 billones solo por cuenta del coronavirus. Pero todos los demás tendrían también un impacto negativo cercano a los $800.000 millones sumados los balances de todas las demás entidades.

Según la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, se están buscando posibilidades de crédito a través de Findeter y Bancoldex, para que los municipios puedan cubrir dicho déficit. “Los recursos serían para las Alcaldías, para solucionar el hueco por cuenta de la pandemia”, explicó la funcionaria. Por su parte, el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, aseguró que ya están estructurando esas líneas de crédito y esta semana se darían a conocer las condiciones. Lea también: IDU avanza en gestión de predios de Troncal Transmilenio 68 en Bogotá No obstante, el tema sigue siendo problemático para las ciudades, porque es claro que al menos este año, los sistemas masivos no podrán operar al 100% y, si cuando operaban con capacidad completa tenían déficit, es de esperar que el problema seguirá vigente y empeorará. El futuro de los transporte masivos está en juego en medio de la pandemia. Solucionarlo va a exigir de salidas creativas, pero también de un compromiso fuerte de las ciudades para financiar el hueco que deja la pandemia. Ese es un costo que asumirán todos por cuenta de los presupuestos de sus municipios y distritos.