Del Presupuesto General de la Nación (PGN) se puede decir cualquier cosa, menos que no tiene recursos. Los $271,7 billones aprobados por las comisiones económicas conjuntas alcanzan para mucho. Por ejemplo, el sector de Educación va a recibir $43,1 billones, Defensa y Policía $35,8 billones, Salud y Protección Social $31,9 billones y Trabajo $31,5 billones. Sin embargo, algunas áreas se han convertido en las ‘cenicientas‘ del Presupuesto. Entre ellos, el de Ciencia, Tecnología e innovación, Cultura, Deporte y Recreación, el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición y la Registraduría Nacional del Estado Civil. Cada uno de ellos recibe una asignación menor a $600.000 millones. A simple vista, hay varios que son importantes para Colombia, como el de Tecnología, tras la la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Pero, aunque pasó de $322.000 millones a $393.000 millones, sigue quedando corto. Otro caso, el de Deportes y Recreación, pasó de $500.000 millones a $503.000 millones, lo cual contrasta con los recientes triunfos de los deportistas colombianos en el exterior. Y, uno de los más importantes, el de la implementación de los acuerdos de paz, pasó de $456.000 millones a $525.000 millones.

El Congreso tendrá que aprobar el PGN antes del 20 de octubre. Pero, ¿qué tan difícil sería cambiar ese balance para asignar más dinero a los sectores que quedaron más cortos? Para algunos coordinadores ponentes del Presupuesto, eso no es una tarea fácil, pues para aumentarle a un programa hay que quitarle a otro. Además, el monto aprobado quedó distribuido entre los diferentes sectores y hay un 61% inamovible: vigencias futuras, participaciones a departamentos y municipios, gastos de funcionamiento, como los de las fuerzas militares y el pago de la deuda. Y después de ese porcentaje inflexible queda 39% para inversión. Los congresistas explican que le “están haciendo un esfuerzo grande” al sector de Educación, como una manera de cumplir los compromisos pactados el año pasado entre los estudiantes y el Gobierno. Por esta razón, los demás rubros empiezan a tener una caída. Esto significa que el balance empezó a cambiar, pues el sector Defensa por mucho tiempo se llevó la mayor tajada. En el Presupuesto de 2017 hubo un cambio, pues tanto Educación como Defensa obtuvieron prácticamente las misma cantidad de dinero. En 2018, la balanza se inclinó a favor de la primera y esa situación se mantuvo para 2019. Ahora, en el Presupuesto de 2020 tiene la mayor asignación.

Los rubros reciben menos asignación también, en parte, por el estudio del presupuesto vigente que hace el Gobierno. En caso de que no hayan ejecutado de manera efectiva, no se asignan más. No obstante, hay posibilidades de ajustar dicho balance, a medida que avanza el proyecto. Según el senador Ciro Ramírez del Partido Centro Democrático, allí los coordinadores y ponentes del Presupuesto 2020 analizan si pueden mejorar los rubros de algunos sectores estratégicos y transversales para el desarrollo del país. Así también lo piensa otro de los coordinadores ponentes del proyecto, el representante por el Atlántico Armando Antonio Zabaraín del Partido Conservador. “Se puede modificar en algunos porcentajes. Pero hoy el tema es soñar con que aumente la producción diaria de barriles de petróleo y su precio. Así como las exportaciones y que las empresas del Estado generen más ingresos”, precisa.

Fuente: Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Otro de los ponentes de la Comisión Cuarta de la Cámara Alta, el senador John Milton Rodríguez, del Partido Colombia Justa Libres, piensa que las circunstancias exigen una atención inmediata de los sectores que más recibieron rubros. Pero deja claro que el Presupuesto está orientado en los temas que tienen que ver con el cumplimiento del acuerdo de paz que venían desfinanciados del gobierno anterior y que apenas están buscando financiar. “En el PGN 2020 se hizo un compromiso cercano a los $8 billones para cumplir los temas presupuestales del acuerdo de paz. Sin embargo, no es tan fácil y automático como el gobierno anterior lo prometió, sino que demanda unos procesos que toman tiempo y que requieren una inversión alta que no se dejó”. A pesar de lo explicado por los coordinadores, a Colombia le falta mucho terreno para que la discusión político-social del presupuesto refleje todas las necesidades de la población.