A las deformaciones presentadas en el tablero, que le han ganado el apelativo popular del "puente acordeón", hay que sumarle las fisuras encontradas por la revisión de la comisión de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, motivo de una carta. A estas observaciones hay que adicionar una que puede ser incluso más preocupante. Una causa probable de las fisuras es el exceso de esfuerzos de compresión, que resultan debido a las cargas que está recibiendo el elemento. lo que resulta grave en este caso, es que es un elemento vertical, que tiene una participación en la estabilidad de la estructura. Si combinamos este hecho con las ondulaciones que han aparecido sobre la losa del puente, puede plantearse la hipótesis que hubo un cálculo erróneo en la etapa de diseño de los tensores que lleva el puente. Este error explica la ocurrencia de las ondulaciones y las fisuras que se están presentando sobre el tablero, que fueron advertidas en la carta enviada por la Sociedad Colombiana de Ingenieros al Invías. Le puede interesar: Cómo va el plan de austeridad del Gobierno El hecho que estas fisuras aparezcan solamente con el peso propio del puente, sugiere que este no va a tener la capacidad para soportar las cargas durante su vida útil. La constructora argumenta que el puente pasó la prueba de carga, pero la forma como se realizan estas pruebas en nuestro país es de naturaleza estática; es decir, no toman en cuenta la amplificación de cargas verticales que se generan por el paso continuo de vehículos. Adicionalmente, esta prueba tampoco garantiza el comportamiento adecuado ante otro tipo de cargas, como son las cargas sísmicas y las cargas de viento, ambas de importancia al momento de diseñar puentes como Hisgaura. La decisión de Invías de no recibir el puente Hisgaura en su estado actual es acertada. Pretender entregar una obra en ese estado es un acto de irresponsabilidad técnica y ética, ya que no hay certeza que esta obra cumpla con el requisito esencial de proteger la vida de sus usuarios. Además de no cumplir con requisitos técnicos importantes, recibir un puente en el estado actual constituye una decisión errónea desde el punto de vista de la sostenibilidad y de la vida útil de la obra. Con las ondulaciones que presenta el puente, se necesitaría una carpeta de rodadura de espesor variable, y existen investigaciones que han demostrado que esto trae como resultado fatiga acelerada, por consiguiente, representa un costo económico de mantenimiento mayor en su vida útil. Al igual que con Hidroituango, estamos en un momento donde como país podemos sentar un precedente, exigiendo responsabilidad técnica y ética a quienes confiamos el desarrollo de nuestra infraestructura. Hisgarura no puede ser aceptado. Esta obra requiere un estudio independiente, en manos de una firma con experiencia y responsabilidad ética y mientras este estudio se realiza, la firma constructora debe indemnizar al país por el tiempo de retraso en su entrega. Por: Orlando Arroyo Amell, profesor del programa Ingeniería Civil de la Universidad de la Sabana. Le sugerimos:Economía de Colombia va al alza, pero no es suficiente