Aunque este tradicional colegio barranquillero tiene dos etapas, al cambiar de propietarios en 1995 su propuesta pedagógica no ha cambiado, sino que ha mejorado con los años. Su origen se remonta a 1942. En ese año, una docente que había quedado a cargo del Colegio Alemán, mientras sus fundadores se habían ido del país por causa de la Segunda Guerra Mundial, salió de esta institución y decidió crear un colegio con una nueva oferta educativa en el barrio El Prado. Desde entonces, con el esfuerzo conjunto de profesores y directivas, familias y estudiantes se han posicionado entre los mejores del Atlántico y en los últimos cinco años han ocupado el primer lugar.

Ana Elvira Oeding, directora general del colegio, atribuye esos buenos resultados a que comienzan un proceso de formación académica muy sólida desde preescolar y que culmina en 11. No tienen énfasis en una materia específica porque su apuesta es por una educación integral, con valores y muy fuerte en disciplina y responsabilidad. Admite que hacen preIcfes, aunque con sus mismos profesores y no con entidades externas, en especial porque les interesa que sus estudiantes aprendan a manejar el cuadernillo y el tipo de preguntas. "Eso no implica que los buenos resultados sean por el preIcfes, sino que son el resultado del esfuerzo que hacemos desde prescolar", reitera.

Un gran porcentaje de alumnos del Nuevo Colegio del Prado continúa sus estudios en universidades de la región, en especial en la del Norte y la institución está muy pendiente de las investigaciones que hacen entidades como Fundesarrollo, organismo que con frecuencia evalúa las necesidades la ciudad. "Ellos han encontrado que un alto porcentaje de los bachilleres barranquilleros no ingresan a la universidad en el primer semestre después de graduarse y nosotros evaluamos cómo ayudamos a mejorar ese indicador", comenta Oeding.