El cierre bancario fue anunciado esta semana y se logró luego de casi año y medio de negociaciones entre el consorcio constructor y las bancas colombiana y multilateral.El anuncio es clave para el futuro de las vías de 4G en Colombia, pues uno de los temas centrales de estos proyectos es que los consorcios de construcción logren el respaldo del sistema financiero, pues las necesidades de inversión para estas obras son enormes.Sólo en el caso de la POB, hubo que buscar $1,3 billones en crédito y $400.000 millones en equity aportado directamente por los dueños de la compañía israelí.Por eso, muchos especialistas se están preguntando si hay plata suficiente para financiar estos proyectos que tienen un valor total superior a los $20 billones.Lea también: ¿Cómo va el cierre financiero de las primeras vías 4G?Para Albert Alhadef, gerente general Shikun & Binui en Colombia, la gran lección de su proceso de cierre con los bancos es que para estas obras se debe entender que una cosa son las tareas del concesionario y otra las tareas del constructor. “Allí debe haber una gran muralla china”, dice, explicando que en Colombia ha sido muy difícil que se entienda que las concesiones son proyectos financieros y de construcción y que ambas son cosas independientes.En el país lo habitual es que tanto las tareas de construcción como las financieras estén estrechamente vinculadas y eso implica el riesgo de que se genere un círculo vicioso: los concesionarios empiezan a mostrar problemas con los flujos de caja y eso termina afectando el desarrollo de las obras.“Es necesario entender de qué se trata un cierre con el enfoque de project finance. Si entienden eso, se pueden planificar las estrategia para llegar al punto final. Eso significa que es necesario garantizar el equity suficiente; de lo contrario, no se puede planificar eficientemente la obra”, señaló.Para Alhadef este enfoque hizo posible que pudieran llegar a buen puerto las negociaciones de un crédito con condiciones tan complejas como el plazo, cerca de 20 años, y el monto $1,3 billones, que se empezará a pagar apenas se terminen las obras en abril de 2019. En el crédito participaron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), Bancolombia y Corpbanca.Según el directivo, la compañía ya ha puesto capital por $400.000 millones, lo que muestra la confianza del grupo israelí en el sistema de concesiones de Colombia y en este proyecto en particular. “Nosotros primero miramos el país y luego sí proyectos específicos”, explicó al hacer énfasis que las reglas del juego en el país para estas concesiones son claras y eso aumentó el interés de ellos por invertir en Colombia.La POB es una vía de 153 kilómetros donde se deberán hacer tareas de rehabilitación, mejoramiento y construcción. Se trata de cinco unidades funcionales a lo largo de 7 municipios. Actualmente, según Alhadef, ya está trabajando en tres unidades funcionales y tienen dos campos de trabajo en Choachí y Guasca.El proyecto deberá quedar finalizado en abril de 2019 y no se espera ningún contratiempo, pues ya están aprobadas todas las licencias ambientales.El caso de esta compañía israelí muestra que para lograr el objetivo del cierre bancario en cada proyecto, muchas compañías colombianas van a tener que mostrar que entendieron la importancia de hacer planeación financiera. Ese es un cambio cultural de fondo que exige, meterse la mano al bolsillo para capitalizar sus empresas en los montos necesarios para financiar obras tan grandes como las 4G y dejar de depender de los recursos del Estado para construir vías. De hecho, destaca Alhadef, una de las ventajas para el Estado colombiano en los proyectos de 4G es que todo el riesgo de construcción es asumido por el concesionario que tiene que garantizar la conclusión de las obras, antes de recibir recursos públicos.El cierre de Shikun & Binui muestra cuál es el camino que se debe seguir para el cierre bancario de las 4G.