Proteger el ambiente sí paga. Lo que antes era visto como un “acto de buena voluntad”, hoy se convirtió en un mecanismo estratégico para el mundo: invertir en las cuencas de agua. Más de 30 afloramientos se desprenden de las 414 hectáreas que hace unas semanas adquirió el Ingenio Providencia en el Valle del Cauca.
Mientras se avanza en el sueño de convertir el Parque Ecológico Providencia en un corredor biológico que conecte con el Páramo de las Hermosas, su adquisición "es clave para garantizar la sostenibilidad de la cuenca del rio Amaime". Además, de proteger las centenas de especies de flora y fauna que transitan por la zona.
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El primer paso que tomó la compañía para abrirle camino al proceso de saneamiento fue ponerle fin a la práctica de ganadería que se adelantaba en la zona. A pesar que el 76 por ciento del parque comprende bosque denso, que términos generales se encuentra en buen estado, es necesario adelantar un proceso de regeneración en 74 hectáreas que eran destinadas para solo pasto.
Dentro del inventario que logró hacer el ingenio desde que adquirió el predió, documentó 198 especies de plantas, ocho de ellas que registran algún grado de amenaza de acuerdo a estudios del Instituto Alexander von Humboldt, y 120 especies de aves. Entre ese multiverso hay palmas de cera y cola de pescado. Además de la perdiz colorada, la guacharaca y el perico de frente escarlata.
"Desde el momento uno que sacamos el ganado y se comenzó a formar el sotobosque, vemos unos procesos de recuperación. Aunque es difícil hablar de una fecha exacta en la que el proceso termine, esperamos que al cabo de 5 o 10 años esta zona de restauración este cubierta (...) Hay que apostarle duro al medio ambiente porque el planeta está amenazado y tenemos que entrar en programas de conservación, este es un ejeplo real", le dijo a SEMANA, Vicente Borrero Calderon, gerente general de ingenio.
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En los últimos años se ha hecho evidente la importancia de iniciativas de conservación y preservación. Constantemente se recibe información sobre el cambio climático y sus consecuencias, la escasez de los recursos naturales y su progresivo agotamiento, además del impacto de acciones que hasta ahora se veían como cotidianas y que hoy representan un atentado contra el ambiente. Esto indujo desde hace un tiempo a las empresas a pensar en el tema de sostenibilidad como un compromiso serio de cara al futuro.
Para Borrero, por ejemplo, “la empresa tiene en su ADN la cultura ambiental y con el objetivo de proteger una reserva natural que aportara a la protección, conservación y preservación del agua y del medio ambiente en general, en 2016 se adquirieron las haciendas Pinares y Betulia. 414 hectáreas de pura vida, que comprenden alturas entre los 1.300 y 2.600 metros sobre el nivel del mar”. Más de 2.500 millones de pesos ha invertido el ingenio hasta la fecha. Se espera, de ahora en adelante, invertir alrededor de 300 anuales en la recuperación.
Como parte del trabajo de saneación que se viene adelantando en la zona, se crearon los Guardianes Verdes, después de una capacitación ambiental con los estudiantes y profesores de las escuelas de la zona. De hecho, por iniciativa de la misma comunidad, y con el acompañamiento del Sena, se llevó a cabo el diplomado en buenas prácticas agrícolas con énfasis en hortalizas y manejo eficiente de la ganadería dirigido a 42 habitantes de la zona.
En el suroccidente del país se puso en marcha el proyecto de conservación ambiental más ambicioso de esa zona del país de la semano del sector privado, civil y público de la región.