El general Hector Fabio Velasco sabe que poner en orden la casa no va a ser fácil. Al fin y al cabo es difícil ocultar que los carteles de la droga lograron penetrar los cimientos de la Fuerza Aérea Colombiana y por eso hoy esa institución afronta graves dificultades. El alto oficial, sin embargo, goza de gran respeto en las Fuerzas Militares, donde lo conocen por haber participado decididamente _al frente de sus helicópteros_ en dos acciones militares de renombre: la derrota del EPL en Mutatá, con lo cual esa organización subversiva negoció su incorporación a la vida civil, y la toma del santuario de las Farc en Casa Verde. En las filas castrenses saben que Velasco tiene la mano dura, pues no le tembló el pulso, cuando era inspector encargado de las Fuerzas Militares, para señalar las graves fallas en que incurrió el Ejército durante los asaltos guerrilleros a las bases de Las Delicias, Patascoy y El Billar. Así, el nuevo comandante de la FAC asume el cargo con el enorme reto de hacer que el país siga confiando en esa institución. La fórmula ya está inventada y no es otra que la de cortar de tajo los focos de corrupción, algo parecido a lo que ocurrió en la Policía hace cuatro años. Solo así la FAC recobrará el prestigio que tuvo por muchos años como una de las instituciones de mayor respeto en la Nación.