Las mascotas pueden enriquecer nuestras vidas de una manera insospechada. Nos reciben de forma entusiasta, son excelentes compañeros o simplemente nos entretienen con su presencia. Su amor es, más que otra cosa, incondicional. Y como es mucho los que nos aportan, lo mejor que podemos hacer es no equivocarnos con ellos. Entérate de las ocho fallas más comunes que, como buen amo, debes evitar.No adoptes o compres por impulso
Vincular a un perro o a un gato a tu familia requiere de muchas consideraciones. Lamentablemente, algunas personas no se resisten a la tentación de llevar a casa un tierno peludo sin tener en cuenta factores como tiempo, espacio, estilo de vida y dedicación.
Foto: 123 RF No olvides que la expectativa de vida promedio de estas mascotas es de al menos 10 años, así que, al momento de tomar la decisión de llevarlas a tu hogar, piensa muy bien que se trata de un asunto a largo plazo. ¿Qué estarás haciendo en la próxima década de tu vida?Amor contraproducenteDebido al amor excesivo que sienten por sus mascotas, los propietarios suelen hacer inadvertidamente cosas en contra de ellas. Muchos creen que son malos con sus perros o gatos si no les dan gusto en todo lo que quieren y en el momento en que lo piden.Si bien la idea es garantizar su bienestar, no puedes caer en el error de dejarlo morder tus zapatos, permitirle ser agresivo, rasgar tus cortinas o hacer su voluntad sin que le impongas límites.No humanices
Foto: 123 RFNunca olvides que, sobre todas las cosas, es un animal con un comportamiento y unas necesidades biológicas ajenas a los hábitos humanos. Ten en cuenta que las mascotas tienden a pensar de una forma diferente a nosotros y, de por sí, mucho más simple.La próxima vez que veas a tu perro restregándose en excrementos o a tu gato llevándote como regalo un pájaro o un ratón muerto, entiende que lo hace como respuesta a su pasado evolutivo de comportamiento. Déjalos socializarNada más equivocado que tener siempre a tu perro en brazos para evitar que lo huelan otros caninos o por temor a que le den una mordida. Esa sobreprotección solo generará inseguridad y agresividad en tu peludo.No olvides que los canes son gregarios, así que deja que los huelan, que jueguen, que se diviertan con sus congéneres y que definan jerarquías con sus compañeros de juego. Pon esto en práctica desde una edad temprana, ya que en la adultez será mucho más difícil implementarlo. No todas las razas son para todas las personasLas razas caninas se diferencian entre sí por múltiples factores: nivel de actividad, tamaño, funcionalidad y comportamiento. Este último es un aspecto decisivo para tomar una decisión en el momento de vincular un perro a tu vida.Razas dominantes como pastores, mastines o perros escandinavos requieren ser guiados por un carácter firme y muchas veces inflexible; así que si reconoces que muchas veces prefieres no tomar las riendas, mejor opta por aquellas más fáciles de llevar. Nunca olvides que debes ser el líder de la manada y no al contrario. No te enfoques en el castigo sino en las recompensas
Uno de los grandes errores que cometen los propietarios es que enfatizan en el castigo más que en compensar a sus peludos luego de un buen comportamiento. Por ejemplo, si tu cachorro se orina en la alfombra de tu casa, seguramente lo reprenderás sin chistar.
Foto: 123 RFPero ¿será que lo felicitarás cada vez que lo haga en el lugar indicado? Las reprimendas pueden llegar a dañar tu relación con tu mascota, así que busca otros métodos más estimulantes y efectivos. Esta alternativa prevendrá que los problemas de comportamiento se conviertan en malos hábitos y, por el contrario, estimulará el vínculo con tu mascota. No sobra buscar asesoría de un experto en comportamiento animal. Un gato no es un perroEs indudable. Cada vez los gatos se hacen más populares en nuestra sociedad pero, sin lugar a dudas, la mayoría de la gente ha tenido más experiencia con perros que con mininos. No esperes que tu felino te busque como seguro lo hará tu perro.Tampoco aspires que tu gato se muestre tan dependiente y sociable como un canino. Ninguno es mejor que otro: solo tienen comportamientos y necesidades diferentes. Lo importante es que tengas claro esto en el momento de incluir a uno de estos peludos a tu vida, ya que hay gente perruna y también gatuna.La responsabilidad ante todo
Si eres irresponsable con tu mascota, la perjudicarás y estigmatizarás directa e injustamente. Por el contrario, si eres un propietario responsable, cumplirás con estos requerimientos: llevar a tu peludo periódicamente al veterinario, respetar la normatividad de tenencia vigente, supervisarlo en todo momento, ponerle límites desde edad temprana, respetar su comportamiento natural, asesorarte con profesionales y garantizar siempre su bienestar.