Tener un perro muy grande, como es el caso de la dueña de Lavadog, Rocío García, o simplemente no querer hacer todo un charco en el baño, son algunas razones que impulsan a los clientes de este lavadero a llevar a su mascota hasta este lugar.García, quien adoptó una perra, pastor belga, no sabía qué hacer para bañarla, ya que con tan solo 8 meses, pesaba 25 kilos. La pequeña, muy juguetona, corría de lado a lado mientras su dueña trataba de darle un baño, así que tras el intento, la casa se volvió un caos. Luego de esto Rocío se aventuró a recorrer Málaga en busca de una veterinaria en la que pudieran hacerle el baño, pero por su peso y tamaño los costos eran muy elevados. “Fue en ese momento en el que empecé a hacer los papeles necesarios para abrir este negocio” cuenta García, a quien la necesidad la hizo pensar en la existencia de lugares en los que el dueño del perro pudiera bañarlo a precios asequibles.Los costos del lugar oscilan entre 5 y 15 euros, depende del tamaño de la mascota. Por ese precio, el dueño recibe: shampoo, acondicionador, toalla, secador y, por supuesto, una bañera preparada para darle un buen chapuzón a su mascota.Hasta el momento, a Lavadog han llegado perros de todas las razas y tamaños. Sus dueños, van ya sea por facilidad o por la curiosidad de conocer el lugar y saber si realmente pueden bañarlos tan cómodamente como parece. Hasta el momento sus dueñas no han pensado en abrir este negocio en otros países, pero si existiera uno en tu ciudad, ¿lo visitarías?