“¿Cómo es la vida, dirían por ahí?” Este Border Collie pasó de ser un olvidado más por la sociedad a ser toda una celebridad y esto gracias a su labor social de encontrar sustancias tóxicas que son camufladas en alimentos por personas sin escrúpulos para matar perros.Albatros fue encontrado en 2014 deambulando por las calles cuando tenía tres años, según su dueño, Alfonso Martínez, en una entrevista para Verne: "Debieron abandonarlo porque es muy activo. Imagino que su antiguo dueño no tuvo paciencia con él".Te recomendamos leer: Los perros también pueden volar y además son muy buenosSin embargo, esa energía fue la clave para que el personal del Centro Municipal de Protección Animal de Zaragoza lo adoptara. "Para nosotros, Albatros era perfecto. Al ser tan activo era propicio para entrenarlo, hicimos pruebas con varios perros y era el que mejor respondía a todas". Comentó Martínez.Hoy en día, el perro y Alfonso Martínez pertenecen a la Oficina Municipal de Protección Animal del Ayuntamiento de Zaragoza, donde desempeñan labores de búsqueda y hallazgos de venenos y trampas en los parques, calles y lugares de esparcimiento para mascotas de la ciudad, con riesgo de la propia vida del animal.
*Vídeo: Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la provincia de ZaragozaEl trabajo de Albatros lo ha llevado a ser merecedor de importantes reconocimientos, entre ellos y tal vez el más importante, el premio anual del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Zaragoza (ICOVZ) que reconoce el compromiso con la sociedad de instituciones, personalidades o animales, coincidiendo con la festividad de San Antón, patrón de los animales.Te puede interesar: ¿Quieres que tu mascota viva más años? Sigue estos consejos
¿Cómo lo hace?El entrenamiento que recibió “Alba”, como le dice cariñosamente Alfonso, tardó seis meses y consistió en que el rastreo de estas sustancias se convirtiera en un juego para el animal. En la entrevista para el medio español Martínez afirmó: "Tiene que aprender a tumbarse cuando detecta algo, sin llegar a tocarlo ni siquiera con el hocico. Cuando lo hace correctamente, se le da una pelota de premio".
De acuerdo con Martínez, él y su perro hacen todos los días hacen recorridos por dos o tres zonas verdes de la ciudad. Cuando no encuentran nada, Alfonso pone un cebo falso para que el can lo encuentre. "Tiene que estar motivado, así que si no encontramos nada escondemos algo nosotros para que no se frustre", explicó.No dejes de ver: Los 10 perros que cambiaron el rumbo de la historiaNo obstante, los venenos no son el único peligro al que se enfrenta a diario “Alba”. Una de las denuncias más comunes, según Martínez, es la de objetos punzantes escondidos en comida. Y Albatros solo detecta elementos químicos. "Ahora voy a preparar un curso de adiestramiento para detección de objetos metálicos", cuenta el entrenador.