Los perros heredaron del lobo su instinto de manada, esto hace de los canes seres afables y sociales por naturaleza; por esta razón, pensar en traer a casa un nuevo animal de compañía para que tu mascota tenga un amigo de juegos no es una idea descabellada. Sin embargo, hay variables que debes prever para propiciar una relación equilibrada y fraternal entre tus peludos. Para Carolina Alaguna Cruz, médica veterinaria etóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona, antes de adoptar una segunda mascota es importante resolver algunas preguntas: ¿El perro es territorial? ¿Cómo se comporta con sus pares? ¿Qué tan sociable es? Estas resultan vitales a la hora de determinar si sería bueno o no traer otro can para que le haga compañía. No quiere decir que, de tener una mascota territorial o poco sociable, adoptar otro perro se haga imposible. Bajo la asesoría de un especialista en comportamiento, es factible moldear la conducta de tu animal de compañía y, en consecuencia, tener un can bien socializado, listo para recibir al nuevo integrante de la familia. El compañero indicado Escoger al nuevo perro no puede ser una elección dejada al azar. Para favorecer la relación y evitar conflictos en el futuro, lo ideal es llevar a casa un can que sea compatible con tu mascota y afín con su estilo de vida. Por eso, la edad es otro factor a considerar. Por ejemplo, si tu perro es un adulto mayor no es aconsejable elegir a un cachorro. Su alto nivel de energía puede molestarlo y generarle estrés. Esto, además, causará rechazo y por ende una mala relación entre ellos. La experta también aconseja optar por un can del sexo opuesto al de tu perro. Según ella, de esta forma evitarás problemas por competencia jerárquica o dominación, cuando estén viviendo juntos. Por supuesto, lo ideal es que ambos estén esterilizados. La primera impresión es la que cuenta Una vez tengas claro cuál es la nueva mascota que por su temperamento y características quieres llevar a casa, llega otro momento crucial: la presentación de tus dos peludos. De este primer acercamiento depende en gran medida su relación y acoplamiento. Es importante que este encuentro entre los perros sea en un lugar neutral, diferente a la casa, así ninguno de los dos se sentirá amenazado por el otro. Ambos deben ir con traílla para tener el control sobre ellos, pero deja que se acerquen con calma y se olfateen. Recuerda que los canes suelen sentir nuestro estado de ánimo, por eso, es importante que ni tú ni la persona que te acompaña estén predispuestos o nerviosos. Si los perros son amigables entre ellos y están en un lugar seguro, no estaría mal soltarlos para que jueguen e interactúen entre ellos con libertad. Si la interacción fue positiva, lo mejor, dice Alaguna, es programar una segunda cita en la casa. De esta forma, tendrás la oportunidad de conocer realmente cómo se comportará tu mascota con el nuevo miembro de la familia. Bajo el mismo techo Los primeros días juntos, deja que las cosas entre ellos fluyan con naturalidad. Asigna a cada uno un espacio para comer y descansar, y no los obligues a compartirlo. También debes evitar ponerlos a competir por tu atención. Para no hacerlo, interactúa por igual con los dos. No cambies la rutina que tenías con tu mascota. Poco a poco, incluye al nuevo perro y crea espacios diferentes para compartir juntos. Verás cómo, día a día, ellos se hacen amigos inseparables. Consejos para una manada equilibrada • Al comienzo, evita dejar en la casa juguetes u objetos que despierten rivalidad entre tus perros. • Los primeros días de convivencia, trata de no dejarlos solos. • Si decides adoptar otro perro del mismo sexo, fíjate es sus lenguajes corporales y establece quién  es el dominante. Es importante respetar esa jerarquía para evitar hostilidad entre tus nuevas mascotas. • Nunca está demás buscar la ayuda de un veterinario que sea especialista en etología clínica. Tres son compañía… Natalia creció en una familia amante de los animales. Por eso, este año cuando sintió que por fin tenía el espacio apropiado y el tiempo, se empeñó en un buscar una fundación responsable para adoptar una mascota, así llegó a Adopta No Compres e inició un largo y minucioso proceso de adopción. Con la esperanza de quedarse con Lupita, una criollita viejita de la que se enamoró, la joven continuó con su rutina y un día cualquiera se topó con Benito, un cachorro asustado y mal herido. Sin dudarlo lo auxilió y le brindó un hogar, sin esperar que ese mismo día le dijeran que Lupita era suya. Después de pasar su primera noche al lado de Benito, algo nerviosa por la reacción de sus nuevas mascotas, recibió en su casa a Lupita. Con calma permitió que se conocieran, al principio ellos se miraban, se olfateaban y una hora más tarde ya estaban jugando juntos. Desde entonces han pasado seis meses y los tres son inseparables. Armonizan sin problema la experiencia de Lupita con la energía de Benito; se cuidan, se protegen y se hacen compañía mientras Natalia sale a su trabajo. La cercanía y amistad de estos dos peludos que se comportan como un par de hermanos, alegra a Natalia que, tras una excelente convivencia con sus amadas mascotas, cada día se convence más, de que definitivamente dos siempre serán mejor que uno.