1.  Como resultado de una lesión o accidente Este es el mejor panorama de todos. Muchas veces nuestras mascotas meten literalmente las narices donde no deben causándose daño, y como consecuencia se ganan lesiones en la zona de la nariz. Lo importante es primero parar la hemorragia con un poco de hielo, desinfectar el área y aplicar alguna crema que les ayude en la cicatrización. 2.  Reacciones alérgicas En ocasiones los sangrados de la nariz se deben a simples alergias, comúnmente ocasionadas por medicamentos. En este caso es básico identificar la substancia que genera esta reacción en el animal y descartar otro tipo de enfermedades. 3.  Infecciones por hongos Los problemas de piel causados por los hongos, especialmente la aspergilosis y los ácaros, pueden afectar tan severamente a nuestros perros que les causan heridas de las que brota sangre. Esto ocurre, especialmente, en ambientes húmedos y durante la temporada de lluvias. La manera más fácil de detectar si se trata de un hongo es con un raspado de piel. 4.  Problemas de coagulación La hemofilia es una de las enfermedades más comúnmente relacionadas con la coagulación sanguínea lenta. Como en los humanos, en los perros es un trastorno de origen hereditario, y se manifiesta por la presencia de hemorragias, incluso como consecuencia de heridas o cortes. La hemofilia es la incapacidad del organismo de llevar a cabo alguno de los procesos de volver la sangre de un fluido a un gel. 5.  Quistes o tumores nasales Cuando se presenta una ruptura de un quiste o tumor nasal, uno de los principales y más alarmantes síntomas es el sangrado. La recomendación: ¡lleva de inmediato a tu perro al veterinario!