Seguramente eres de los que alimenta a su mascota a base de concentrados y eso está bien. Pero, ¿sabías que existen otras corrientes que proponen el alimento natural, la carne cruda y los vegetales sin cocinar? De manera sencilla, esta propuesta consiste en basar la dieta de nuestras mascotas ?gatos o perros? en carne cruda, vísceras, huesos y vegetales. Sus promotores aseguran que esta es la manera más natural de nutrir a los animales domésticos, argumentando que sus procesos evolutivos los han programado para alimentarse de sus presas. Aunque esta dieta obtiene sus principios de la naturaleza, fue ‘reinventada’ por el veterinario australiano Ian Billinghurst. Su objetivo es optimizar la salud, la longevidad y la capacidad reproductiva de las mascotas, y por ende minimizar las visitas al veterinario. Según él, los perros, como descendientes de los lobos, y los gatos, parientes de los grandes felinos, fueron diseñados para consumir la carne cruda sin sufrir consecuencias negativas. La dieta BARF, sigla de Biologically Appropriate Raw Food, que traducido significa Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados, dice que un plato balanceado contiene un 60-80% de huesos carnudos, y un 20-40% de vegetales frescos. En el caso de los huesos, se deben elegir los más tiernos y fáciles de roer para las mascotas. En cuanto a la carne, ya sea de res, pollo o pescado, debe provenir de carnicerías seguras e higiénicas. Ventajas Según sus seguidores, aumenta los niveles de energía de las mascotas y reduce las alergias causadas por los concentrados. El consumo de hueso con carne ayudaría también a evitar el sarro en los dientes de los perros, pues actúa como una especie de cepillo. La dieta BARF no incluye conservantes, ni colorantes o aditivos. Además, sus adeptos aseguran que este tipo de comida les genera más placer a los animales, pues posee diferentes sabores y diversas texturas. Desventajas De no existir la higiene necesaria, las carnes crudas pueden venir con bacterias que terminan afectando la salud de la mascota. Adicionalmente, la dieta BARF es mucho más costosa y difícil de manejar que las bolsas de concentrados. Estas últimas se compran, se abren y se ponen en el plato. Las carnes, en cambio, deben seleccionarse, almacenarse y mezclarse con vegetales crudos que balanceen la alimentación.