Quizá, en algunas ocasiones, has tenido que sonrojarte un poco cuando, en el momento de una visita, tu perro se pone excesivamente contento y deja escapar un pequeño pero muy maloliente gas, que termina por interrumpir la hora de consentimientos, juegos y saludos. Aunque no es fácil evitarlos, sí podemos ayudar a nuestros peludos brindándoles una adecuada nutrición. Malos vientos Al igual que en la mayoría de seres vivos, y como resultado de la digestión, de los alimentos se generan diferentes subproductos, entre ellos, los gases. Pero antes de profundizar en el tema, es necesario tener claras algunas definiciones básicas: Flatos: es el gas que se produce por diferentes causas y que luego es expulsado por el ano.Flatulencia: es la condición médica que se da cuando se forman flatos (gases) de manera excesiva en el tracto digestivo.Te recomendamos leer: Identifica cuándo una nariz seca puede estar relacionada con enfermedad ¿Por qué? Las causas por las cuales tu peludo puede estar presentando un problema de flatulencia son diversas y van desde condiciones específicas nutricionales, hasta problemas parasitarios o condiciones físicas. Estas son algunas de ellas: Inflamaciones del tracto digestivo: son producidas por la presencia de bacterias, virus o parásitos y, casi siempre generan flatos.Parásitos: cuando tu perro tiene una carga parasitaria elevada, se altera el equilibrio de su sistema digestivo, generando diarrea, vómito y gases.Problemas de páncreas: uno de los principales órganos encargados de la asimilación de los alimentos es el páncreas, ya que secreta las enzimas digestivas necesarias para llevar a cabo el proceso digestivo. Si existe una enfermedad o una falla en él, tu mascota puede sufrir de gases.Aerofagia: se da cuando tu perro come muy rápido, tragándose una alta cantidad de aire, que luego se acumulará en el estómago y saldrá de su cuerpo a través de los gases.
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Crédito: 123RFEs lo que se come Sin lugar a duda, la alimentación es la principal causa de flatulencia en tu peludo, sobre todo si padece alguna de estas condiciones: Alergias alimentarias: algunos alimentos concentrados que se encuentran en el mercado pueden contener soya, fríjol, harinas sintéticas, lácteos, etc. Tu mascota puede ser alérgica a estos ingredientes y por ello, no realiza una digestión correcta.Problemas en la flora intestinal: son todas aquellas bacterias buenas que intervienen en el proceso digestivo y que se ven afectadas por una alimentación inadecuada, uso de antibióticos o sustancias tóxicas.Malas dietas: algunos concentrados tienen un exceso en grasa, harinas, cereales, etc., que puede aumentar la producción de gases.
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Si notas que tu perro está sufriendo de flatulencia, debes prestarle mucha atención a su alimentación. Allí seguramente está la causa de los malos olores. Los NO: Alimentos con altas cantidades de carbohidratos de difícil digestión, como el brócoli, la coliflor, la arveja y el maíz.Alimentos con fibras indigeribles, como los fríjoles, la leche (sin importar si es entera o deslactosada), el queso y la mantequilla.Alimentos concentrados con un exceso de soya o maíz.Comida casera: el eterno debate entre si alimentar o no a tu peludo con ‘cariñitos’ caseros; sin embargo, alimentos azucarados, condimentados o procesados pueden generar gases. Los SÍ: Alimentos concentrados altamente digestibles: no necesitas ser un experto en dietas y nutrición. Simplemente debes prestarle más atención a la composición nutricional del alimento que estás comprando para tu mascota.Actualmente existen en el mercado productos que contienen carbón activo o acetato de zinc; según algunos expertos, estas sustancias contribuyen a reducir la flatulencia.También puedes encontrar probióticos o yogur natural descremado, ambos ayudan a que las bacterias buenas se adhieran a las paredes intestinales.Tu médico veterinario de confianza puede recomendarte productos especialmente diseñados para reducir la flatulencia en tu mascota.
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Buenos hábitos contra malos olores… Si piensas cambiar la dieta de tu mascota, debes hacerlo progresiva y gradualmente, ya que los cambios drásticos pueden llevar a que los problemas empeoren.Puedes agregar un poco de agua a la comida de tu perro. Esto hará que sea más fácil de digerir y que no la coma tan rápido.En las tiendas de mascotas encontrarás tazas diseñadas para garantizar que tu perro no coma tan rápido. Adicionalmente, puedes ubicar su comedero un poco más alto y con ello se reducirá la cantidad de aire que ingiere.Alimenta a tu mascota dos veces al día: es más fácil para su sistema digestivo trabajar con cantidades pequeñas.Ubica el comedero en un lugar tranquilo, en el que pueda comer sin molestias o distracciones.Mucho ejercicio: la actividad física estimula los movimientos intestinales.
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