La semana pasada la Corte Suprema de Justicia revivió la parapolítica al ordenar la captura de la senadora Piedad Zuccardi. La legisladora de La U, peso pesado de la clase política de la región Caribe, se suma a los más de 140 parlamentarios investigados desde 2006 por vínculos con grupos paramilitares. La sala penal del alto tribunal la investiga por presuntamente recibir el apoyo de los bloques Héroes de los Montes de María y Central Bolívar.La Corte recopiló declaraciones de varios miembros de estas estructuras criminales que confirmarían la presencia de la ‘cacica’ en reuniones con jefes paras como Úber Banquez Martínez, alias Juancho Dique, y Edwar Cobos Téllez, conocido como Diego Vecino. Así mismo, testimonios de desmovilizados como Manuel Antonio Castellanos, Chino, quien militó en el Montes de María, señalan a Zuccardi y su grupo político de haber recibido apoyo de estas organizaciones al margen de la ley para las elecciones legislativas y locales entre 2002 y 2003. También se investigan nexos con Salvatore Mancuso y Ernesto Báez. Zuccardi no es una congresista cualquiera: es la matrona del poderoso clan de los García Romero, quienes desde hace años dominan la política de los departamentos de Bolívar y Sucre. Como lo reconstruyó SEMANA en un reciente perfil, la familia de la senadora no solo cuenta con dos escaños en el Congreso, sino también ha superado escándalo tras escándalo en los últimos 20 años. Los hermanos Juan José y Álvaro García Romero, el Gordo, son las cabezas visibles de esta estructura clientelista y ambos pasaron por el Senado. Juan José, esposo de Piedad Zuccardi, fue encontrado culpable de desviar auxilios parlamentarios mientras que a Álvaro lo condenaron a 40 años de cárcel por la masacre de Macayepo. Las dos curules parlamentarias fueron heredadas a Piedad Zuccardi y a Teresita, hermana de los García Romero y actual senadora por el PIN. Así, con un pie en Bolívar y otro en Sucre, esta familia ha construido una tenaza de política y negocios con el Estado, muy difícil de derrotar en las urnas. De hecho, la senadora Zuccardi no solo fue una de las fundadoras del Partido de la U sino también un bastión electoral para la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en la Costa Atlántica. El poder de la familia llega también a la Alcaldía de Cartagena. A raíz de la enfermedad de Campo Elías Terán, burgomaestre titular, la Casa de Nariño designó a Carlos Otero, cercano a los García Romero. En La Heroica calculan en más de diez los puestos clave del gabinete de la ciudad, hoy en control de personas afines a la senadora Zuccardi. De convocarse a elecciones para escoger un nuevo mandatario de la capital bolivarense, ya suenan nombres que también pertenecen al círculo político del influyente clan.La orden de captura de la Corte Suprema de Justicia fue emitida cuando Piedad Zuccardi se encontraba en Costa Rica por motivos familiares. Esto generó rumores sobre un eventual pedido de asilo en ese país centroamericano. No obstante, la congresista se trasladó a la vecina Panamá y anunció por medio de un comunicado del Partido de la U que se entregaría en el transcurso de esta semana a las autoridades colombianas. “Confío en mi juez natural”, dijo la senadora y su colectividad, La U, le deseó resultados “favorables”.Esta decisión del alto tribunal se tomó tres años después de la condena a 40 años de Álvaro García Romero, jefe del clan. La Justicia ha venido reconstruyendo los hechos que rodearon las elecciones locales de 2003 en los departamentos de Bolívar, Cesar y Magdalena, controladas por los grupos paramilitares. El caso de Zuccardi se enmarca dentro de estas investigaciones. Sin importar el desenlace final de la investigación contra la senadora, los García Romero sabrán reaccionar electoralmente a este golpe como han venido haciéndolo en los últimos 15 años. Nada indica que esta captura impedirá que el clan reedite sus triunfos electorales. Lo más probable es que esta vez le toque el turno de ocupar la curul a algún miembro de la nueva generación.