Las principales empresas automotrices alemanas acaban de llegar a un acuerdo para subsidiar a los brasileños que compren carros que usen alcohol en vez de gasolina. Incentivar el uso de estos automóviles, que contaminan menos, le ayuda a Alemania a cumplir sus cuotas de reducción de emisiones de gases contaminantes, a las que se comprometió bajo el acuerdo de Kioto. Y Brasil, por su parte, revive su programa de sustituir gasolina por alcohol derivado de la caña de azúcar, que había sido muy exitoso en los años 80. Ahora que el petróleo está tan caro, el azúcar tan barato y les pagan a los países por descontaminar de nuevo se ha vuelto buen negocio mover los carros con alcohol. Por eso entre los planes del presidente Alvaro Uribe desde la campaña hay un proyecto para incentivar el uso del alcohol en el país y de esa manera reducir la contaminación.