Un grupo de académicos expertos en la relación entre Colombia y Venezuela envió una clara advertencia al gobierno de Gustavo Petro: el Estado colombiano debe tener prudencia en su relación con el régimen de Nicolás Maduro y no puede terminar alineándose con la administración chavista inquilina del Palacio de Miraflores.

El llamado de atención llegó en el reporte de Radar Colombia Venezuela, que publica periódicamente el Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, siguiendo la pista al restablecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países.

El documento detalla que “la estrategia del presidente Petro y del canciller Álvaro Leyva para recuperar la interlocución con Venezuela se ha caracterizado por repetir muchas de las narrativas de la dictadura de Maduro” y le piden que esa retórica no convierta en una alianza con el régimen del mandatario.

“Si bien la recuperación de las relaciones demanda flexibilidad y destreza por parte de las autoridades colombianas para interactuar con un régimen no democrático y anteponer las necesidades de la población y los intereses del Estado a las diferencias para construir canales de diálogo con quienes hoy detentan el poder en Venezuela, es importante diferenciar entre relacionarse con el vecino país y aliarse con el chavismo”, puntualizaron en el informe de 37 páginas sobre la relación binacional.

Es tan estrecho el vínculo que está teniendo el Gobierno Petro con el régimen de Maduro que Colombia es el país con el que esa administración ha sostenido más reuniones bilaterales y multilaterales durante 2023.

De las 251 reuniones con sus pares que ha llevado a cabo el Palacio de Miraflores durante este año, el 5,98 % de estas han sido con funcionarios diplomáticos colombianos. Para la muestra de ese vínculo que se afianza entre Bogotá y Caracas, un dato: después de Colombia, Irán, Rusia, Brasil y China son las naciones con las que Venezuela ha celebrado más encuentros diplomáticos.

Entre los asuntos multilaterales hay uno que tomó una especial relevancia en las últimas semanas: la disputa entre Venezuela y Guyana por la región de Esequibo, donde Nicolás Maduro pidió crear un nuevo estado venezolano.

La única referencia que el presidente Petro hizo a ese tema se dio en un trino del sábado 9 de diciembre en el que sostuvo: “Sabemos mediar conflictos y mantener la paz entre nuestros pueblos. Venezuela y Guyana deben desescalar el conflicto, invito a los gobiernos de América del Sur a construir un equipo mediador, ojalá eso reviviera la Unasur. El camino de Suramérica es la paz y la vida”.

Desde el ‘Radar Colombia Venezuela’ advierten que el Gobierno colombiano debe prestar más atención a ese tema, pues el país está en riesgo de que Maduro aplique la misma fórmula con el territorio colombiano.

“Colombia debe estar atento al desarrollo de la disputa entre Venezuela y Guyana, y debe ser categórico en contra de las medidas unilaterales que está desplegando el régimen de Maduro. No se puede olvidar que en 2015 el presidente venezolano expidió el Decreto 1787 con el que afectaba los intereses territoriales de Guyana en el área en disputa, muy en consonancia con la posición que hoy sostiene y, en ese mismo documento, hacía lo propio con los intereses colombianos en las zonas marinas y submarinas del golfo de Coquivacoa, también llamado golfo de Venezuela. En otras palabras, el régimen de Maduro puede intentar con Colombia lo que hoy hace con Guyana”, alertó el Observatorio de Venezuela.

Es más, señalan que Nicolás Maduro ha usado la carta de la disputa por Esequibo como un mecanismo para perseguir a sus contradictores: “En su afán de ganar legitimidad y mantenerse en el poder, la Revolución Bolivariana ha recurrido al argumento territorial nacionalista para cohesionar a los venezolanos en torno al territorio del Esequibo, y generar una situación al interior de Venezuela para perseguir y acusar de ‘traición a la patria’ a todo aquel que se pronuncie en contra de la muy particular lectura que hace el chavismo del diferendo”.

Por eso, advirtieron que, “en dicho contexto, el presidente colombiano debe ser muy cuidadoso en darle la razón a Maduro o en repetir sus narrativas. Tristemente, en otros temas vitales ese comportamiento ya se ha presentado teniendo importantes consecuencias para el país”.