Desde hace tres semanas, los ojos del país están puestos en el volcán Nevado del Ruiz, declarado en alerta naranja ante el peligro de una erupción. Varios municipios de Caldas y Tolima avanzan en la evacuación y la situación escala cada día que pasa, con reportes de movimiento de fluidos en el edificio volcánico. Por esa razón, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) envió personal al Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, municipio aledaño al volcán y desde donde se monitorea su actividad.
Las oficinas de Manizales cuentan con aproximadamente 50 funcionarios, a los cuales se sumaron quienes se encontraban en los observatorios de Popayán y Pasto. En los últimos días también se desplazaron funcionarios desde Bogotá.
Sin embargo, los trabajadores del SGC denuncian que no tienen las herramientas necesarias para protegerse de una grave emergencia. SEMANA conoció una denuncia anónima proveniente de los funcionarios en el municipio, en la cual se señala que la entidad está atrasada “en la preparación del personal y en ubicación de elementos que permitan atender adecuadamente una tragedia”.
Además, advierten que en la entidad no hay planos de evacuación y que muchas estructuras no son funcionales. A pesar de esto, “las personas laboran en riesgo por colapso de las mismas” debido a los sismos en el territorio.
Desde la sede principal del SGC, en Bogotá, aseguran que solo se han enviado chalecos con los logotipos de la entidad, con el fin de ser identificados. Hasta el momento, aseguran no haber recibido capacitación u orientación frente a un desastre.
“Nos dejan con esto más que claro que solo los demás se preparan para sobrevivir y nosotros para morir”, dice la denuncia. Aseguran que está en riesgo su “integridad física, mental y moral”. En sus propias palabras, los están “descuidando” de “tal magnitud” que hay una gran preocupación.
SEMANA se comunicó con un funcionario de la entidad que conoce de primera mano lo que ocurre en Manizales. Aseguró que hay múltiples reportes anteriores por fallas en los protocolos de emergencia y fallas de infraestructura. Sin embargo, los directivos habrían hecho caso omiso a las alertas.
“Nadie les ha dicho qué hacer, solo les enviaron chalecos. Las estructuras son antiguas. Si hay un sismo de cierta magnitud, pueden colapsar muchas áreas. Somos el segundo pilar de conocimiento de la UNGRD (Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres), les decimos qué hacer, pero en casa de herrero, azadón de palo”, dijo el funcionario, quien pidió la reserva de su identidad.
Hasta el momento, la mayoría no cuenta con cascos, caretas, cartuchos, equipos de montaña y demás herramientas de protección. Apenas el jueves se despacharon elementos desde Bogotá, pero los trabajadores no creen que sea suficiente.
“¿Por qué después de tanto tiempo de haberse declarado la emergencia? Todo este tiempo han estado expuestos, desde el día uno se debían suministrar los equipos. No los pidieron los directivos, se despacharon por solicitud de un compañero de Pasto. No han enviado ni botiquín”, agregó el trabajador.
Los funcionarios son reportados en la Administradora de Riesgos Laborales (ARL) como personal de alto riesgo, pero denuncian no ser tratados como tal por el SGC, en cabeza del geólogo Julio Fierro. SEMANA consultó a la entidad, la cual decidió no pronunciarse frente a las denuncias.