En medio de la tormentosa novela que nubla el futuro de la primera línea del Metro de Bogotá por la insistencia del presidente Gustavo Petro para que gran parte del trazado sea subterráneo, al proyecto le han surgido múltiples obstáculos. El principal es que el consorcio Apca Transmimetro está incumpliendo con el contrato, eso enciende las alarmas porque es el propio gobierno chino el que está fallando, dado que las empresas que se ganaron la licitación son compañías estatales.
Para hacer una exhaustiva revisión de este tema, la Comisión Accidental de Seguimiento del Senado de la República citó a la alcaldesa Claudia López y al representante legal del concesionario chino para escuchar sus puntos de vista en cuanto a esta obra, considerada la más importante del país.
Sin embargo, los parlamentarios se llevaron una gran decepción cuando llegaron al salón de sesiones, pues ni la alcaldesa ni el representante del consorcio chino se hicieron presentes. Es decir, los dejaron plantados.
Si bien ni López ni el consorcio chino presentaron excusa, la realidad es que hacer presencia en el debate era un asunto más de voluntad que una obligación legal, pues en el caso del consorcio el Legislativo no tiene la potestad de hacerle control político, al tratarse de particulares y no de funcionarios del Gobierno nacional.
Y en el caso de la alcaldesa, hay todo un debate jurídico sobre si está obligada o no a asistir a control político en el Congreso. La jurisprudencia de la Corte Constitucional, a través de sentencias como la C518 de 2007 y varios autos ha determinado que el alcalde de Bogotá solo puede ser citado por el Congreso cuando se trata de temas de “interés nacional” en la medida en que la función de “control político” sobre las actuaciones y determinaciones locales del burgomaestre le corresponde única y exclusivamente al Concejo Distrital.
Como es apenas obvio, la definición de “temas de interés o alcance nacional” termina siendo muy complicada de precisar, por lo que los alcaldes de la capital históricamente han aprovechado este vacío jurídico para no asistir.
Incumplimientos
En todo caso, esta falta de rendición de cuentas, tanto del Distrito como del consorcio chino, genera preocupación, si se tiene en cuenta que la construcción del Metro de Bogotá ha estado llena de incumplimientos.
El 27 de noviembre del 2019, cuando se firmó el contrato, empezó a correr un plazo de 810 días para que el consorcio entregara la ingeniería y los diseños de detalle. Dicho plazo venció el pasado 8 de enero. En diciembre, la Empresa Metro de Bogotá sabía que el consorcio iba a incumplir, por lo que firmó una modificación para ampliar el plazo hasta el 30 de marzo.
Sin embargo, llegó el 30 de marzo y el consorcio volvió a incumplir con lo pactado, por lo que la Empresa Metro le dio un periodo de cura de 30 días para que cumpliera con lo establecido, pero una vez más no lo logró.
El documento fue finalmente entregado solo hasta el pasado 4 de mayo, día en el que se vencía el plazo de cura, la totalidad de los estudios y diseños de detalle principales de la obra; sin embargo, la interventoría del contrato formuló observaciones a estos diseño, algunas de las cuales no han sido resueltas por el concesionario.
Los incumplimientos se están volviendo costumbre para el consorcio chino Metro Línea 1, conformado por las empresas China Harbour Engineering Company Limited, con el 85 % de participación, y Xi’an Metro Company Limited con el 15 %. En su historial tiene una falla por no haber entregado a tiempo el cierre financiero que le exigía el contrato. El consorcio debía acreditar esa obligación el 29 de noviembre de 2022 y que consiste en la consecución de un monto mínimo de recursos de deuda para el proyecto por 2,4 billones de pesos.
Dicho cierre se debía soportar en documentos que evidenciaran préstamos bancarios, emisiones en el mercado de capitales, recursos de deuda de fondos de capital privado, dependiendo de la modalidad elegida por el concesionario. No obstante, los documentos fueron radicados el 5 de diciembre. En su momento, la interventoría hizo observaciones, por lo que la Empresa Metro debió otorgarle un periodo de cura hasta el 20 de diciembre.
Solo hasta el último día del plazo Metro Línea 1 completó los documentos para acreditar el cierre financiero, el cual lo soportó finalmente con créditos bancarios con Bancolombia y BBVA; y un contrato de Factoring Comercial con CCCC Financial Leasing Company Limited.