La reforma a la salud pasó en la Cámara de Representantes tras ser aprobada en el segundo debate. El texto, presentado por el gobierno de Gustavo Petro, ahora pasará a discusión en el Senado, donde tendrá que aprobarse en dos debates más para que pueda convertirse en ley.
Las reacciones no se han hecho esperar de quienes celebraron este espaldarazo a la polémica iniciativa, mientras que desde distintos sectores han advertido de la crisis y el caos que desataría de convertirse en ley.
Uno de los que constantemente ha venido comentando la debacle para el sistema de salud con esta reforma ha sido el exministro de Salud, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, Alejandro Gaviria, quien no dudó en dar su opinión sobre lo aprobado en la Cámara: un apartheid de la salud y llegar a tener el modelo de México o Brasil, en el que los seguros serían más caros.
“El debate sobre la reforma a la salud continúa. La reforma aprobada en la Cámara es inconveniente, significaría un retroceso para los pacientes y pondría en riesgo el logro social más importante del país de los últimos treinta años”, manifestó Gaviria en su cuenta de X. Él también fue ministro de Educación en la actual administración de Petro.
Ante las distintas reacciones que Gaviria ha tenido y sus análisis de lo que se venía aprobando, respecto al articulado, además de que planteó una serie de interrogantes al Gobierno que, según él, “nunca fueron respondidos” en torno a la reforma, también comentó: “Seguiremos insistiendo en los argumentos. Confío en que estos prevalecerán finalmente sobre el clientelismo”.
Colombia ha logrado la protección financiera del sistema de salud
En un Space en la red social de X, organizado por las representantes Jennifer Pedraza, Catherine Juvinao y Katherine Miranda, que siempre mostraron sus críticas y oposición a lo que se estaba aprobando en la reforma, intervino Gaviria, quien hizo reflexiones muy precisas sobre lo que se viene con esta reforma de volverse realidad, y el futuro que le espera al país.
Hizo una comparación entre el caso de Colombia y México. Explicó que en México existía un régimen, equivalente al subsidiado, que se llamaba el Seguro Popular, el cual fue desmantelado, “y yo he tenido conversaciones con médicos mexicanos en los últimos días que han mirado con curiosidad y preocupación el caso de Colombia”.
Para ello puso como ejemplo: “Un médico de trasplantes en México, hablando de un paciente que tiene falla renal y necesita un trasplante de riñón, hoy en día toma la decisión de que a un paciente que no tiene la capacidad de pago o no tiene un seguro no lo trasplanta. Anticipa que esa persona no va a tener una cobertura ni va a tener cómo pagar los inmunosupresores que necesita más adelante. Decide que no puede hacerlo”.
“Colombia hace mucho tiempo superó ese tipo de disyuntivas éticas porque logró la protección financiera para casi el 100 % de la población. Lo he dicho, a veces, algunos pensarán que es una exageración, pero lograr la protección financiera para, por ejemplo, 15.000 pacientes en el régimen subsidiado es importante, enfermos renales crónicos que reciban diálisis o que no tengamos, como en Perú, mecanismos informales de aseguramiento”, para Gaviria es un logro que no se puede perder.
Esto porque en Perú, como lo indicó en su intervención en el grupo de Space, “una persona enferma de cáncer que no tiene la capacidad de pago, lo que pasa es que en su barrio hacen una colecta y le pagan ese tratamiento y después muere”.
Y por eso recalcó que en Colombia, más allá de la Ley 100, en un proceso largo en el que han participado muchas personas con “una consolidación de la protección financiera y ese es el logro más importante de nuestro país después de la Constitución de 1991 y hay muchas cosas que se pueden mejorar en la reforma”.
“Puede ocurrir lo de México, Brasil o Costa Rica, seguros más caros”
“Lo que se logró se está poniendo en riesgo” y no es la primera vez que lo menciona. Esa es la más grande preocupación para el exministro frente a lo que se pretende hacer con la reforma de Petro a la salud.
Gaviria se refirió al documento del Ministerio de Hacienda sobre la viabilidad financiera: “En ese documento si uno lo lee, entre líneas, hay una preocupación enunciada”. Señaló que los recursos que hoy se utilizan para pagar tratamientos “pueden ir o ser desviados a construir Caps, está bien, a pagar los grupos territoriales de salud, puede estar bien, a formalizar a los trabajadores de la salud y a un programa de inversiones en los hospitales públicos”.
“Pero si eso no se hace bien y no se hacen los cálculos que verdaderamente se necesitan, vamos a dejar desprotegida a una parte de la población”, remarcó.
La “gran paradoja” para Gaviria es que “un gobierno de izquierda, bien [saben] algunos que el primer gobierno popular en la historia de Colombia, lo que haría es crear un sistema de salud totalmente segregado donde los más pobres volverían a los hospitales públicos sin ninguna posibilidad de tratamiento distinta”, sumado a que el gasto en el bolsillo aumentará.
“Hoy en día el número de pólizas privadas que tienen los colombianos es el menor de América Latina” y vaticina que puede ocurrir lo de México, Brasil o Costa Rica, en donde un 35 %, una tercera parte de la población, compra un seguro privado más caro “y existe un apartheid de la salud” como consecuencia de la reforma.
Las consecuencias financieras de la reforma pueden anticiparse
El exministro de Salud señaló como segundo punto de preocupación el tema financiero respecto a que “las consecuencias pueden ser anticipadas por la experiencia que tuvo el país con la crisis del no Post ante la crisis de los medicamentos por fuera del plan obligatorio de salud, en que existía un pagador único estatal, el Fosyga, y donde existían unas fiducias contratadas para hacer auditoría, que ahora van a ser las gestoras”.
Gaviria recordó que cuando fue nombrado como representante de la cartera de Salud en el 2012 fue “para administrar esa crisis, cuyas consecuencias no han desaparecido plenamente y ese es el modelo que estamos replicando: el modelo de auditorías ex-Post con unos auditores públicos y privados, como lo hicieron las fiducias en su momento”.
“No hay una reflexión clara sobre los incentivos, incluso quién hace el control de gastos, donde desaparecen las auditorías previas y concurrentes, donde básicamente destruimos las capacidades acumuladas del país durante los últimos 30 años”, dijo.
El escenario a futuro si se aprobara en el Senado
Ante lo que va a pasar el próximo año, cuando la reforma entre a discusión en el Senado, Gaviria resaltó que si se aprueba en el mes de junio, “el reporte del Ministerio de Hacienda dice lo siguiente: para ser implementada necesita primero un sistema de información funcional y, segundo, definir el tarifario único con el que se van a pagar los procedimientos y medicamentos”.
“Esos dos procesos, si se hacen bien, pueden tomar años. Lo que podría pasar es que esta reforma se aprueba y el sistema de salud se sigue deteriorando, pero la implementación va a ser 2027-2028″, afirmó de manera contundente.
También remarcó: “La experiencia que yo tengo como funcionario de sistemas de información del sector público no han funcionado bien y no han existido paralelamente a este trámite, una reflexión sofisticada, realista, sobre lo que implica, por ejemplo, tener un tarifario único para todos los procedimientos”.
Así, con este panorama, Gaviria se muestra extremadamente preocupado “y vendrá un proceso de implementación que tomará mucho tiempo y mientras tanto se está desatendiendo completamente el sistema de salud” y ante las declaraciones del ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, “de un faltante de 2,6 billones de pesos para presupuesto máximos y UPC en 2024, eso significa la quiebra del sistema”.
Si bien Gaviria, durante el Space, señaló que no busca ser catastrofista ni mostrar un escenario apocalíptico, sí manifestó que, de no tomarse decisiones, “puede entrar el próximo año o en 2025 una crisis de atención sin precedentes”.