El presidente del Congreso, Alexander López, quiere hacer hasta lo imposible para que se apruebe la regulación del cannabis de uso adulto en Colombia. Además de la arbitrariedad que cometió en la plenaria del 19 de junio, ahora modificó el orden del día para dejar como único punto esa reforma constitucional.
Eso significa que sacó de la agenda de la plenaria la conciliación del Código Electoral y la única discusión que se tendría en la plenaria sería la de la reglamentación del cannabis que, por ahora, no tiene los votos para ser aprobada.
Sin embargo, las actuaciones de López cada vez molestan más porque se trata de una presión contra Cambio Radical, colectividad que no apoya dicha reglamentación de la marihuana y lidera el Código Electoral que se aprobó, pero debe ser conciliado.
Congresistas de Cambio Radical confirmaron a SEMANA que, en efecto, se trata de una presión indebida de Alexander López para que se apoye la regulación del cannabis a cambio de sacar adelante la conciliación del Código Electoral.
Aunque el presidente del Congreso tiene la potestad de modificar el orden del día como lo considere, sí llama la atención que haya sacado todos los puntos que estaban previstos para dejar únicamente la reglamentación de la marihuana.
Por esa razón, diferentes sectores adelantan reuniones de última hora para definir posturas frente a la actitud de Alexander López y seguramente habrá una fuerte discusión durante la sesión plenaria.
Sin embargo, no se descarta que el orden del día sea modificado nuevamente y López incluya los puntos que quitó este martes en la mañana. Como la mayoría de congresistas de sectores de la oposición e independientes están participando de la Marcha de la Mayoría, se espera que antes de las 3:00 de la tarde haya algunas decisiones concretas.
Alexánder López empezó con ‘jugaditas’ en el Congreso: arbitrariamente levantó la plenaria para evitar hundimiento del cannabis
El presidente del Congreso, Alexánder López, lleva poco tiempo en la presidencia y ya tiene su primer escándalo. Este lunes, sobre las 11 p. m., se pidió una verificación del quórum de parte de sectores cercanos al Gobierno para evitar el hundimiento de la reforma que regularía el cannabis de uso adulto en Colombia.
Sin embargo, el cálculo les salió mal y poco a poco los congresistas empezaron a llegar, por lo que el quórum y los votos para hundir la iniciativa estaban configurándose.
Sorpresivamente y en un acto que nunca se había visto en el Congreso de la República, el presidente Alexánder López ordenó cerrar el registro cuando había 53 asistentes y faltando 24 minutos para terminar la verificación que había pedido la coalición de gobierno.
El desespero de López fue evidente, ya que al llegar a 54 se completaba el quórum y se debía hacer la votación de la iniciativa, por lo que al ver en el tablero la cifra de 53, cerró el registro. Esa ‘jugadita’ nunca se había visto y López levantó la plenaria arbitrariamente.
Así, alcanzó su objetivo: evitar el hundimiento de la reglamentación del cannabis de uso adulto, pero logró generar un malestar en las mayorías en el Senado.
“Es un bandido. Apelé esa decisión y no me respondió. En 14 años nunca había visto esto que es increíble y ni Ernesto Macías se atrevió a tanto”, dijo el senador Juan Felipe Lemos.
Cuando López levantó la plenaria tuvo que quedarse por varios minutos en el atril porque más de 50 congresistas le gritaron “bandido” y rechazaron la actitud que tuvo porque no brindó garantías a todos los sectores.
Como notó que la plenaria se le salió de las manos solo atinó a decir que mañana (martes 20 de junio) se citará la plenaria para continuar con la discusión. Sin duda, López podría pasar a la historia como uno de los presidentes del Congreso más cuestionado ―y en tan poco tiempo― ya que todas las bancadas quedaron molestas con su actuar.
Las reacciones no se hicieron esperar. Paloma Valencia, por ejemplo, publicó esto en su Twitter:
Por su lado, el periodista de Alexánder López trinó lo siguiente:
Lo que quedó demostrado es que Alexánder López no ha sabido manejar la plenaria y la única salida que siempre tiene es levantar la plenaria. Irónicamente, la decisión de este lunes podría traducir el hundimiento de la iniciativa porque muchos sectores votarán en contra.
¿En qué consiste la iniciativa?
La reforma constitucional que legaliza la producción y comercialización de marihuana para uso adulto vive un momento paradójico en el Congreso: nunca antes en la historia del país un proyecto de este tipo había llegado tan lejos, está apenas a un debate de convertirse en realidad; pero, al mismo tiempo, a los promotores de esta propuesta se les puede quemar el pan en la puerta del horno, pues justo en el momento crucial no han logrado conseguir todos los votos para que se supere el último debate en la plenaria del Senado.
La iniciativa debe pasar su octavo y último debate a más tardar el próximo martes 20 de junio, cuando finalizarán las sesiones ordinarias del Congreso. De no lograrlo, la reforma se hundirá.
Si bien hasta ahora el proyecto venía con buen ambiente, al llegar al momento definitivo en la Plenaria del Senado el asunto se ha venido enredando. Por un lado, los sectores de oposición, mediante proposiciones de aplazamiento, peticiones de audiencias públicas y otras movidas, lograron retrasar el inicio de la discusión.
Y luego, este jueves, cuando ya se iba a empezar a discutir el tema de fondo, los promotores del proyecto se dieron cuenta de que no tenían los votos para aprobarlo. Necesitaban el apoyo de mínimo 54 senadores y para ese momento tenían solo 49, lo que llevó al presidente del Senado, Alexánder López, a levantar la sesión. No obstante, esperan conseguir los votos que faltan durante el fin de semana.
En caso de llegar a aprobarse esta reforma, Colombia se convertirá en el tercer país, dentro de las 33 naciones de América Latina y el Caribe, en legalizar el comercio de cannabis para consumo en adultos. Ya previamente habían dado el paso México y Uruguay.
Hay que aclarar, en todo caso, que esto no será inmediato. La reforma no entrará en vigencia sino hasta “seis meses después de su promulgación”, pues en ese lapso, es decir, en el segundo semestre de este año, se deberá tramitar una ley reglamentaria para definir los detalles de la legalización: dónde se podrá comprar cannabis, quiénes lo podrán vender, cómo se otorgarán las licencias, etcétera. En otras palabras, antes de enero 2024 no estará lista la legalización de la marihuana en Colombia. Adicionalmente, el texto otorga seis meses al Gobierno para formular una política pública integral en torno a la prevención y atención del consumo del cannabis.
Lo que sí quedó definido desde ya en el texto es que, a pesar de la legalización, estará prohibido hacer promoción y publicidad relacionada con el uso de cannabis. Asimismo, se “restringirá el consumo y comercialización de cannabis y sus derivados en entornos escolares, en espacios de atención a la primera infancia y en el interior de toda institución educativa”.
El texto, en caso de aprobarse, también faculta a los municipios para cobrar impuestos “por las distintas actividades relativas a la distribución o venta de cannabis para uso de adultos”. Los tributos tendrán como destinación los sistemas de salud y educación.
Mediante la ley reglamentaria se deberá determinar de cuánto podrá ser el monto de estos impuestos. Pero está claro que esta puede ser una buena fuente de recursos para los municipios. Según un estudio de Fedesarrollo, la marihuana podría generar más empleos y crecimiento para el agro colombiano que el banano y las flores. Se espera que para 2025 esta industria produzca más de 50.000 millones de dólares en el mundo.
“Desde que las restricciones respecto del cannabis se han levantado, en el mercado se ha dado mayor dinamismo; además, se espera que el sector otorgue aproximadamente 44.000 puestos de trabajo para 2030″, apuntó el representante Juan Carlos Losada, autor de la reforma.
Colombia está a punto de dar el paso más importante hacia la legalización, pero será la ley reglamentaria, que tendrá que ser prioritaria, la que blinde al país de que la solución no resulte peor que la enfermedad. El diablo está en los detalles.